El Centro de Integración Juvenil y la Fiscalía lanzarán una campaña para concienciar a estudiantes sobre los riesgos.
Cancún (Marcrix Noticias)-Con el creciente problema del consumo de alcohol en jóvenes, detectado en menores de 10 a 12 años en nivel secundaria, la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo pondrá en marcha el operativo “Prevención para la Educación”. En esta primera etapa, se visitarán 33 escuelas secundarias, con la meta de alcanzar 150 instituciones en todo el estado, para impartir pláticas educativas dirigidas a alumnos, maestros y padres de familia.
El operativo surge ante la preocupante tendencia de que el consumo de alcohol en Cancún inicia a edades tempranas, situación que los expertos vinculan a diversos factores, como la influencia en el hogar, las fiestas y la presión de grupo. Miguel Ángel Sánchez Tovar, asesor de prevención de la dependencia, explicó que las escuelas secundarias son el primer punto de contacto donde se observa esta problemática, lo que hace indispensable intervenir con campañas de educación y concienciación.
Por su parte, Lilian Negrete, directora del CIJ, indicó que, de cada 10 casos relacionados con problemas de alcoholismo, seis corresponden a adolescentes. “El primer contacto lo tienen en casa al ver a sus padres consumir alcohol, luego en las fiestas y, finalmente, con sus compañeros al salir de clases. Muchas veces lo hacen por pertenecer a un grupo, por retos o como una vía para enfrentar la depresión y la ansiedad”, señaló.
Durante el 2024, se abrieron 596 expedientes nuevos relacionados con problemas de alcoholismo, de los cuales el 60%corresponden a adolescentes y jóvenes, evidenciando la magnitud del problema. Ante esta situación, se ha conformado un frente común entre el CIJ, la Fiscalía General del Estado, la Central Mexicana de Alcohólicos Anónimos y la Asociación Nacional de Padres de Familia, con el objetivo de combatir este flagelo.
Además, las autoridades advierten que el consumo de alcohol en edades tempranas puede ser la puerta de entrada a otras sustancias como el cigarro o la marihuana, e incluso a actividades delictivas que buscan financiar la compra de alcohol. Se ha comprobado que algunos grupos delictivos reclutan a adolescentes para que vendan estupefacientes a sus compañeros, mientras que otros recurren a robar de la cartera de sus padres o a vender pertenencias del hogar.