Presuntos miembros del CJNG y La Familia Michoacana se enfrentaron a balazos; hubo bloqueos, vehículos incendiados y ataque a una tienda.
Zitácuaro, Michoacán. (Macrix Noticias). La ciudad vivió una jornada de violencia este jueves tras una serie de enfrentamientos armados entre presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Familia Michoacana, quienes se disputan el control de la zona colindante con el Estado de México.
De acuerdo con la Guardia Civil de Michoacán, el primer enfrentamiento ocurrió alrededor de las 12:30 del día sobre el libramiento Francisco J. Múgica, extendiéndose rápidamente a la colonia Lomas de Oriente. El intercambio de disparos fue protagonizado por sujetos armados que se movilizaban en al menos una veintena de camionetas y vehículos compactos.
Los sicarios emplearon rifles de asalto AR-15 y AK-47, así como ametralladoras tipo minigun y fusiles Barret calibre .50, generando pánico entre comerciantes, estudiantes y pobladores. Muchos ciudadanos buscaron resguardarse dentro de sus casas, negocios o incluso tirados sobre el piso en planteles escolares.
Además del enfrentamiento, los grupos delictivos perpetraron actos de sabotaje y terrorismo urbano. Un autobús fue incendiado cerca de la tenencia de Curungueo, en la salida hacia Morelia, y una tienda Oxxo fue quemada por un grupo que se movilizaba en un automóvil blanco. También se reportaron bloqueos en varios accesos a Zitácuaro, con taxis, vans y camiones utilizados para cerrar las vías, por órdenes de los propios delincuentes.
Hasta el momento, las autoridades municipales han confirmado que no se registran víctimas fatales.
El Ayuntamiento de Zitácuaro, encabezado por Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela, informó que se mantiene un operativo de seguridad con fuerzas estatales y federales para restablecer el orden.
Cabe recordar que Ixtláhuac Orihuela, actual presidente municipal por Morena, fue detenido en 2009 durante el operativo “michoacanazo” por presuntos vínculos con el cártel de Los Caballeros Templarios. Pasó 10 meses en prisión, aunque nunca fue condenado.
La situación en Zitácuaro refleja el nivel de violencia e impunidad con el que operan los cárteles en diversas regiones del país, afectando la vida cotidiana de miles de ciudadanos y poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades.