Más de 200 mil mujeres marcharon en la CDMX exigiendo justicia, mientras en otros estados del país hubo represión policial y actos de violencia.
México (Marcrix, Noticias).- El 8 de marzo de 2025, el Día Internacional de la Mujer se conmemoró con multitudinarias marchas en diferentes estados de México, donde miles de mujeres exigieron justicia, igualdad y el fin de la violencia de género.
Sin embargo, la jornada estuvo marcada por la represión de las autoridades, enfrentamientos violentos con la policía y actos de vandalismo en algunas ciudades del país.
En la Ciudad de México, más de 200 mil mujeres se reunieron en el Zócalo capitalino para exigir justicia por los feminicidios, desapariciones y la violencia machista que sigue afectando a miles de mexicanas.
Las manifestantes intentaron derribar las vallas metálicas colocadas por las autoridades para proteger los edificios del gobierno. Esto dio pie a enfrentamientos con los elementos de seguridad, quienes respondieron con el uso de gas lacrimógeno.
A lo largo de la movilización, se registraron diversos actos de vandalismo, como la quema de objetos en la Glorieta de las Mujeres que Luchan y en las inmediaciones de la Catedral Metropolitana.
También se denunció el lanzamiento de cohetes y la destrucción de bienes públicos, como las ventanas de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género en Puebla y el Congreso del Estado de Guanajuato, que fueron incendiadas durante las manifestaciones.
En Chihuahua, la represión fue especialmente violenta. Un video difundido en redes sociales mostró cómo cuatro jóvenes fueron detenidas por policías estatales vestidos de civiles.
Según las denuncias, los agentes amenazaron a las manifestantes con un martillo y luego las agredieron con choques eléctricos. Los arrestos ocurrieron después de un altercado en el que las mujeres intentaron intervenir para evitar la detención de sus compañeras.
En Oaxaca, las manifestantes también enfrentaron la represión de las autoridades. El gobernador Salomón Jara Cruz, fue fuertemente criticado por su postura represiva.
La diputada federal Aracely Cruz denunció que el gobierno estatal, que se había manifestado a favor de las mujeres, había recurrido al uso de la fuerza pública contra las manifestantes, traicionando su discurso de apoyo. Las imágenes que circulan en redes sociales muestran cómo la policía empujó y golpeó a las mujeres que marchaban pacíficamente por la justicia.
En Mérida, más de 8 mil mujeres marcharon exigiendo seguridad y justicia. Sin embargo, durante el recorrido, la policía estatal empleó gas pimienta y chorros de agua para dispersar a las manifestantes que intentaban derribar las vallas metálicas colocadas en el Palacio de Gobierno de Yucatán.
Las manifestantes respondieron con consignas como “¡La policía no me cuida, me cuidan mis amigas!” y denunciaron el uso excesivo de la fuerza.
En Hidalgo, las fuerzas de seguridad también hicieron uso de gas lacrimógeno contra las manifestantes, que incluían a mujeres y niños que participaban en la marcha. Mientras tanto, en Puebla, mujeres ingresaron a la Fiscalía Especializada en Delitos de Violencia de Género contra las Mujeres y prendieron fuego a tres oficinas, exigiendo justicia por las víctimas de feminicidio y violencia de género.
En Sonora, un grupo de mujeres incendió ventanales del Poder Judicial de la Federación en protesta por la violencia institucional. Este acto, que tuvo lugar durante las marchas, forma parte de una serie de manifestaciones en todo el país contra la impunidad y la falta de atención a los feminicidios.
El Gobierno de la Ciudad de México reportó que la marcha en la capital concluyó sin víctimas mortales, aunque 73 personas recibieron atención médica, entre ellas 66 civiles y 7 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Las autoridades informaron que el saldo fue blanco en la CDMX, a pesar de los enfrentamientos con la policía y los actos de vandalismo.
A nivel nacional, el 8M 2025 se consolidó como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres, pero también como un recordatorio de la violencia que muchas veces enfrentan al exigir justicia.