Red Positiva detalló que aplicaron 6 mil 500 pruebas para detectar VIH, así como hepatitis C, hepatitis B, gonorrea, herpes.
- Incidencia en 2023: 48.92 (casos detectados por cada 100,000 habitantes).
- Cifra acumulada: Hasta la semana 46, se registraron más de 800 casos confirmados, aunque se estima que las cifras reales son más altas debido a la falta de pruebas.
- Incremento nacional: En los últimos cuatro años, la tasa de detecciones en Quintana Roo creció un 172.7%, pasando de 11 a 30 por cada 100,000 habitantes.
Roberto Guzmán, presidente de Red Positiva, destacó la urgencia de realizar más pruebas para evitar que las personas lleguen a desarrollar sida sin haber recibido atención médica oportuna.
- Falta de detección: Por cada caso confirmado, se calcula que existen dos personas no diagnosticadas, incrementando el riesgo de transmisión.
- Débil vigilancia epidemiológica: Las cifras oficiales no se actualizan regularmente, dificultando la toma de decisiones en tiempo real.
- Estigma y desinformación: Muchos ciudadanos evitan hacerse pruebas por temor o desconocimiento, perpetuando la propagación del virus.
- Pruebas realizadas: En 2023, aplicaron 6,500 pruebas para detectar VIH, hepatitis B y C, gonorrea, herpes y otras ETS a más de 1,800 personas.
- Atención inmediata: Los casos positivos son referidos al CAPASITS (Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e ITS), donde reciben tratamiento gratuito.
El 1 de diciembre, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, colectivos de salud sexual presentarán una postura enérgica para exigir:
- Campañas masivas de detección y prevención.
- Mayor presupuesto para atención de VIH/Sida.
- Acceso universal al tratamiento antirretroviral.
Las organizaciones también impulsarán una campaña nacional para generar conciencia sobre la importancia de la detección temprana y el combate al estigma asociado al VIH.
El incremento de casos de VIH en Quintana Roo refleja la necesidad urgente de fortalecer las acciones de prevención, detección y tratamiento. Las organizaciones civiles han tomado un papel protagónico, pero es imprescindible que las autoridades de salud respondan con políticas efectivas para revertir esta crisis.