Con casi 117 años, Inah Canabarro se ha ganado el título de la persona viva más longeva, destacando por su vida de fe y pasión por el fútbol.
Brasil (Marcrix Noticias)-La hermana Inah Canabarro, una monja brasileña de casi 117 años, ha sido reconocida como la persona viva más longeva del mundo, tras el fallecimiento de la japonesa Tomiko Itooka en diciembre de 2024, quien ostentaba el título hasta entonces, según confirmó la organización LongeviQuest.
Canabarro nació el 8 de junio de 1908 en el sur de Brasil, dentro de una familia numerosa. A pesar de las preocupaciones sobre su salud en su infancia debido a su delgadez, logró superar las adversidades y vivir una vida longeva y plena. Su bisabuelo, un reconocido general brasileño, participó en los movimientos armados del siglo XIX, dejando un legado histórico en su familia.
Miembro de la orden Teresiana, la monja ha dedicado su vida a la religión y a actividades sencillas que alegran a quienes la rodean. En un video difundido por LongeviQuest, Canabarro muestra su devoción al recitar el Ave María, compartir bromas y enseñar pequeñas artesanías de flores silvestres que ha creado a lo largo de los años. Según ella misma, el secreto de su longevidad radica en su fe inquebrantable: “Soy joven, bonita y amigable, cualidades muy positivas que ustedes también tienen”, comentó a sus visitantes con humor en su residencia de retiro en Porto Alegre.
Más allá de su devoción religiosa, Canabarro también es una ferviente fan del fútbol, especialmente del Internacional de Porto Alegre, al que ha demostrado su apoyo en varias ocasiones. Durante su cumpleaños 116, compartió un emotivo momento con el presidente del club, quien la felicitó por su longevidad. En ese evento, Canabarro expresó: “Blanco o negro, rico o pobre, quienquiera que seas, Inter es el equipo del pueblo”.
Con 116 años y 7 meses, Canabarro ocupa el puesto número 20 en la lista de las personas más longevas documentadas en la historia, un grupo encabezado por la francesa Jeanne Calment, quien vivió hasta los 122 años. La historia de Inah Canabarro no solo inspira por su longevidad, sino también por la alegría, gratitud y fe con las que vive cada día, convirtiéndose en un ejemplo de vitalidad y esperanza para todos.