Ambos países reforzaron su cooperación para frenar décadas de contaminación transfronteriza; México ya concluyó cinco de las 18 obras del plan binacional.
México (Marcrix Noticias)-En un esfuerzo sin precedentes por revertir el deterioro ambiental del Río Tijuana, México y Estados Unidos acordaron acelerar la ejecución del Acta 328 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), con una inversión conjunta superior a los 800 millones de dólares para obras de saneamiento clave en ambos lados de la frontera.
La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Alicia Bárcena, informó que México ya concluyó cinco de las 18 obras contempladas en el plan binacional. Entre las acciones destacadas se encuentra la rehabilitación de las plantas de tratamiento de San Antonio de los Buenos y Laureles I, así como la construcción de colectores estratégicos.
“La expansión de San Antonio de los Buenos es crucial porque nos permite tratar nuestras aguas en México y dejar de depender de Estados Unidos, donde tenemos que pagar por el tratamiento y recoger los lodos”, explicó Bárcena.
Además, se priorizará la conducción de agua tratada desde las plantas Arturo Herrera y La Morita hacia el sur de Tijuana, para su aprovechamiento local, reduciendo así el volumen enviado hacia territorio estadounidense.
Cooperación reforzada y objetivos a dos años
Durante una reunión bilateral reciente, autoridades de ambos países se comprometieron a acelerar la implementación de las metas del Acta 328, firmada en 2022. Los acuerdos incluyen:
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Financiar 10 obras adicionales en México y concluir una obra en EE.UU.
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Priorizar el tratamiento de aguas residuales desde Arturo Herrera y La Morita.
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Solicitar apoyo financiero al Banco de Desarrollo de América del Norte.
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Ampliar la capacidad de la Planta Internacional de South Bay, en California.
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Evaluar una posible segunda expansión de San Antonio de los Buenos con apoyo estadounidense.
El director general de CONAGUA, Efraín Morales López, subrayó que el proyecto también busca optimizar la reutilización del agua tratada en zonas estratégicas del norte del país. “Todas estas inversiones se ejecutarán en los próximos dos años”, afirmó.
Un problema histórico que exige soluciones urgentes
La contaminación del Río Tijuana ha sido una crisis binacional latente desde 1938, provocada por descargas de aguas negras y escurrimientos constantes que afectan tanto el cauce del río como las playas del sur de California.
La orografía irregular de Tijuana y su infraestructura hidráulica deficiente han dificultado por décadas el manejo adecuado del agua residual. Ante este escenario, el plan impulsado por la CILA representa una respuesta estructural para detener el daño ambiental acumulado y proteger la salud pública a ambos lados de la frontera.