El nuevo presidente surcoreano, Lee Jae-myung, propone una doble vía en política exterior: reactivar el diálogo con Corea del Norte y reforzar la cooperación trilateral con Estados Unidos y Japón.
El recién electo presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, delineó este miércoles los pilares de su agenda de gobierno, centrada en el reencuentro intercoreano y en el fortalecimiento de la cooperación con Washington y Tokio, en un contexto marcado por tensiones regionales y un entorno internacional volátil.
Durante su primer discurso ante la Asamblea Nacional, Lee reafirmó su compromiso con una política de “fuerte disuasión” frente a las amenazas nucleares de Pyongyang, sin cerrar la puerta a una vía diplomática que permita construir “una paz duradera en la península coreana”. A su vez, destacó la importancia de una diplomacia pragmáticaorientada a la defensa de los intereses nacionales.
Lee, líder del Partido Democrático y referente del liberalismo en Corea del Sur, llega al poder tras la destitución del expresidente Yoon Suk Yeol, removido en abril luego de declarar la ley marcial en un controvertido episodio que desató una crisis institucional.
Equilibrio y moderación en política exterior
Si bien en el pasado fue criticado por mostrar cercanía hacia China y Corea del Norte, el presidente Lee ha moderado su discurso en los últimos meses, buscando proyectar una imagen de equilibrio. Su gobierno, aseguró, trabajará con “responsabilidad y realismo” para consolidar la cooperación trilateral con Estados Unidos y Japón, pilares clave de la seguridad regional.
Expertos como Ankit Panda (Carnegie Endowment for International Peace) señalan que la naturaleza del cargo y el contexto internacional obligarán a Lee a adoptar una postura más centrista. Por su parte, Duyeon Kim (Center for a New American Security) advierte que podrían surgir fricciones si la nueva administración se aleja del enfoque estadounidense respecto a China y la región Indo-Pacífica.
Retos internacionales
Entre los desafíos inmediatos figuran la creciente alianza militar entre Corea del Norte y Rusia, así como el proteccionismo comercial promovido por la administración del presidente estadounidense Donald Trump. Aunque evitó abordar de forma directa los conflictos económicos con Washington, Lee fue felicitado por sus homólogos de EE. UU. y Japón, quienes manifestaron su disposición a profundizar la colaboración trilateral.
Con cinco años por delante, el nuevo mandatario tendrá el reto de navegar un complejo escenario internacional, sosteniendo el delicado equilibrio entre disuasión militar, diplomacia regional y alianzas estratégicas.