El cliente interpone su denuncia y ni aun así el Smart Fit le resuelve.
Chetumal (Marcrix Noticias)- El cliente de la cadena internacional de gimnasios Smart Fit asegura que el personal del establecimiento le robó su celular, ya que estaba haciendo ejercicio, cuando le fue sustraído su celular de alta gama.
Cabe señalar que es un lamentable incidente que pone en duda la seguridad en gimnasios de alto nivel, como el recién inaugurado Smart Fit en Chetumal.
Este tipo de gimnasio, es conocido por su exclusividad y los estrictos filtros para acceder, se promociona como un espacio seguro, pero este evento ha generado preocupación entre los miembros y la comunidad local.
El afectado, quien cuenta con una membresía Black, la más exclusiva del gimnasio, relató que dejó su teléfono sobre una máquina de ejercicios mientras continuaba su rutina.
Al regresar por su dispositivo, se dio cuenta de que ya no estaba, y tras intentar comunicarse con su número, descubrió que el teléfono había sido apagado.
De inmediato solicitó al personal del gimnasio que revisaran las cámaras de seguridad, las cuales son una de las garantías que ofrece Smart Fit para proteger a sus usuarios.
El afectado señaló que, incluso después de haber solicitado apoyo de inmediato, la respuesta fue negativa.
“Me dijeron que no podían revisar las cámaras porque violaba la confidencialidad de los usuarios. Si quería que revisaran, tenía que ir al MP a levantar una denuncia”.
Sin embargo, el personal le informó que no podían acceder a las grabaciones a menos que presentara una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo.
El usuario procedió a levantar la denuncia correspondiente, bajo la carpeta de investigación FGE/QROO/OPB/09/4964/2024, pero el gimnasio continuó negando el acceso a las cámaras hasta recibir la orden oficial de las autoridades. Este retraso en la revisión de las grabaciones ha generado una creciente frustración en el afectado, quien se siente desprotegido en un establecimiento que presume de ser exclusivo y seguro.
A pesar del robo, el gimnasio ha negado la posibilidad de cancelar su membresía, argumentando que el contrato es anual y los pagos, que ascienden a 600 pesos mensuales, son descontados automáticamente de su tarjeta.
Ante esta situación, el usuario ha expresado su malestar y decidió no continuar asistiendo al gimnasio, aunque se verá obligado a seguir pagando por un servicio del que ya no confía.
Este incidente ha despertado un debate en torno a la verdadera seguridad de los gimnasios de categoría, donde a pesar de los filtros de acceso y los elevados costos, se han presentado vulnerabilidades importantes.
La falta de una respuesta rápida y el apoyo a los usuarios tras un robo dentro de las instalaciones pone en tela de juicio la calidad del servicio y la protección que realmente ofrecen estos establecimientos.
Hasta el momento, Smart Fit no ha emitido ningún comunicado oficial respecto al caso, dejando a los usuarios en incertidumbre sobre las medidas de seguridad que implementarán tras este hecho