La Unión Europea prepara aranceles del 25% a productos estadounidenses en represalia por la decisión de Donald Trump de imponer un impuesto del 20% a todas las importaciones europeas.
Unión Europea (Marcrix Noticias)-La tensión entre Estados Unidos y la Unión Europea ha escalado nuevamente. Esta vez, tras el anuncio del expresidente Donald Trump de imponer un arancel del 20% a todas las importaciones provenientes del bloque europeo, medida que entrará en vigor el miércoles 9 de abril.
El argumento de Trump, según declaraciones difundidas por su equipo, es que la UE impone altos impuestos y barreras comerciales, como el llamado “IVA europeo”, que en su opinión colocan en desventaja a los productos estadounidenses.
En respuesta, la Comisión Europea —órgano ejecutivo del bloque— prepara aranceles del 25% a decenas de productos estadounidenses, según un documento interno citado por Bloomberg. La propuesta está en evaluación por los Estados miembros y, de aprobarse esta semana, podría entrar en vigor el 15 de abril, aunque la mayoría de los cobros no se aplicarían hasta mediados de mayo.
“Queremos dejar margen para la negociación, pero también mostrar determinación”, señalaron fuentes europeas a Bloomberg, reflejando el delicado equilibrio que busca la UE entre la firmeza comercial y el espacio para el diálogo.
Una historia que se repite
Este nuevo capítulo recuerda la guerra comercial de 2018, cuando Trump impuso aranceles al acero y aluminio europeos. En aquel entonces, la UE respondió con gravámenes del 25% a productos emblemáticos como el whisky bourbon. Dichas medidas fueron suspendidas en 2021 durante la administración de Joe Biden, en un intento por normalizar las relaciones transatlánticas.
Ahora, con el regreso de Trump al escenario político, Francia ha propuesto activar el “instrumento contra la coerción”, una herramienta que permitiría restringir no solo el comercio, sino también la inversión extranjera y el acceso a contratos públicos estadounidenses en Europa.
Los ministros de Comercio de la UE se reunieron en Luxemburgo para definir los posibles escenarios y calibrar una respuesta conjunta, que no escale en una guerra total, pero que tampoco deje sin respuesta las acciones de Washington.
¿Y ahora qué?
Las próximas semanas serán decisivas para el futuro de las relaciones comerciales entre dos de las principales economías del mundo. Si ambas potencias no logran encauzar el diálogo, los efectos podrían sentirse en mercados globales, cadenas de suministro y en los bolsillos de los consumidores de ambos lados del Atlántico.
Europa, al parecer, no está dispuesta a retroceder sin mostrar los guantes. El ring está preparado.