Las protestas se intensificaron tras el despliegue de más de 2 mil elementos de la Guardia Nacional, lo que ha encendido las alertas de organismos de derechos humanos a nivel internacional.

Los Ángeles, California (Marcrix Noticias)-En un hecho sin precedentes, ciudadanos de distintas partes del mundo se unieron en protestas masivas este domingo para condenar las redadas migratorias que comenzaron el pasado viernes 6 de junio en el área metropolitana de Los Ángeles. Las operaciones, lideradas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y reforzadas con el despliegue de fuerzas militares, han provocado una escalada de tensión y violencia en las calles.

Desde la madrugada del sábado, se reportaron redadas en centros laborales, como la realizada en una empresa de Paramount, donde al menos 65 trabajadores fueron detenidos. Activistas denunciaron que se les negó acceso a representación legal, lo que avivó el estallido de manifestaciones en Compton, San Bernardino y otros puntos estratégicos del sur de California.

Durante el fin de semana, las protestas derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. En al menos un centro de detención apareció pintada la consigna “Our City” (“Nuestra ciudad”), símbolo del rechazo ciudadano a la presencia militar en zonas habitacionales y comerciales.

El domingo, por orden directa del presidente Donald Trump, inició el despliegue de más de 2 mil efectivos de la Guardia Nacional en distintas zonas de Los Ángeles, incluyendo elementos de la 79ª Brigada de Infantería, con el objetivo de “proteger la infraestructura federal” y “restablecer el orden público”, según declaraciones oficiales.

“Hay gente violenta y no vamos a permitir que se salgan con la suya”, declaró Trump desde la Casa Blanca. “Creo que veremos un orden público muy estricto”, advirtió, dejando abierta la posibilidad de extender la medida a otras ciudades del país.

La reacción de la administración federal se produjo tras los disturbios del sábado en varias localidades del condado de Los Ángeles. El propio mandatario utilizó su red Truth Social para atacar al gobernador de California, Gavin Newsom, y a la alcaldesa Karen Bass, asegurando que el Gobierno federal intervendría si las autoridades locales “no pueden hacer su trabajo”.

La situación ha despertado la preocupación de organizaciones civiles y organismos internacionales. Voces como la de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional han comenzado a señalar el uso desproporcionado de la fuerza y la criminalización de comunidades migrantes como violaciones graves a los derechos humanos.

El gobierno de México ya emitió una condena oficial, solicitando garantías para sus ciudadanos detenidos y demandando respeto a los procesos legales correspondientes.

La oleada de redadas inició de forma sorpresiva el viernes, cuando comenzaron a circular videos en redes sociales mostrando operativos con agentes fuertemente armados ingresando a viviendas, empresas y espacios públicos sin previo aviso. Los informes señalan que muchos detenidos no tuvieron acceso a defensa legal inmediata ni comunicación con familiares.

A esto se suma la reciente designación de Tom Homan, conocido por su postura dura en temas migratorios, como el nuevo “zar de la frontera”, lo que expertos consideran una señal del endurecimiento de las políticas migratorias de la actual administración.

Mientras aumentan las denuncias de represión y militarización, la ciudadanía continúa movilizándose en las calles, exigiendo el fin de las redadas y el respeto a los derechos humanos de los inmigrantes.

La situación en Los Ángeles podría marcar un punto de inflexión en la política migratoria estadounidense, con repercusiones tanto en la política interna como en las relaciones internacionales, especialmente con América Latina.

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