El plan de desmantelamiento fue diseñado por Elon Musk y sigue en marcha pese a su salida del gobierno

Estados Unidos (Marcrix Noticias)-La NASA atraviesa una de sus crisis más graves en décadas. Alrededor de 3,870 empleados —el 20% de su fuerza laboral— han abandonado voluntariamente la agencia tras la entrada en vigor del plan de “renuncias diferidas”, un programa implementado por la administración de Donald Trump con el objetivo de reducir el aparato burocrático federal sin despidos directos.

El plan, originalmente diseñado por Elon Musk cuando encabezó brevemente el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), promueve lo que el magnate definió como una forma de “dejar que el talento gubernamental se regenere por voluntad propia”.

“No estamos despidiendo a nadie. Solo estamos abriendo la puerta para quienes ya no creen en esta misión”, dijo Musk en marzo.

Aunque Musk ya no forma parte del equipo gubernamental, su modelo sigue vigente y ha comenzado a golpear con fuerza a instituciones como la NASA, donde la salida masiva de empleados técnicos y científicos ya genera impactos operativos.


Misión: recorte

Además de la pérdida de personal, la agencia espacial sufrirá un recorte presupuestal del 25% para el año fiscal 2026, pasando de 24 mil a 18 mil millones de dólares. Esta reducción coincide con los esfuerzos del gobierno de Trump por achicar el Estado federal sin aprobar despidos masivos, trasladando la responsabilidad a los empleados que “optan” por irse.

El resultado ha sido una parálisis silenciosa: proyectos de investigación, seguridad y cooperación internacional se ven amenazados. Misiones como el retorno de muestras desde Marte, el desarrollo del telescopio Nancy Grace Roman, y varias iniciativas de monitoreo climático global están en riesgo de ser canceladas o severamente recortadas.


“La seguridad está siendo comprometida”

El clima dentro de la agencia quedó al descubierto con la publicación de la “Declaración Voyager”, una carta abierta firmada por más de 300 científicos, ingenieros, astronautas y extrabajadores de la NASA. En el documento acusan que las decisiones han sido tomadas “sin consulta técnica ni respaldo legal del Congreso”.

“La seguridad está siendo comprometida en todos los aspectos”, advierten los firmantes, que incluyen figuras clave en el programa Artemis y el diseño de sondas robóticas.

El texto también denuncia la pérdida de liderazgo científico global de EE.UU., y apunta a una “crisis moral y operativa sin precedentes” en el corazón de la agencia espacial.


Fuga de talento y retroceso internacional

Expertos en política científica califican esta ola de salidas como una pérdida histórica de conocimiento técnico, difícil de recuperar. Muchos de los que se van estaban al frente de colaboraciones estratégicas con Europa, Japón y Canadá. Según estimaciones internas, reemplazar esos perfiles tomará entre cinco y ocho años, en un contexto de baja inversión y alta incertidumbre.

El plan Musk-Trump, lejos de generar eficiencia inmediata, amenaza con desmantelar lentamente la estructura técnica que permitió a la NASA liderar la exploración espacial durante medio siglo.

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