El Departamento de Seguridad Nacional, autorizó el arresto y deportación exprés de migrantes que llegaron con la aplicación CBP One durante la administración Biden.

 

Estados Unidos (Marcrix Noticias).- El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, autorizó a los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a proceder con la deportación exprés de migrantes que ingresaron al país de manera legal durante la administración de Joe Biden, utilizando la aplicación CBP One. 

Esta nueva directriz, permite a ICE realizar arrestos, detenciones y deportaciones sin audiencia ante un juez de migración, lo que ha generado preocupaciones por la eliminación de la protección legal para miles de migrantes.

La medida afectaría a algunos de los más de un millón de migrantes que ingresaron legalmente a Estados Unidos, bajo dos políticas clave implementadas durante la presidencia de Biden. 

Entre ellos se encuentran aquellos que utilizaron la aplicación CBP One para programar citas con las autoridades de inmigración y obtener la libertad condicional para ingresar al país, caso por caso. 

También se verían impactados los beneficiarios del programa de libertad condicional humanitaria, que permitió la entrada temporal de migrantes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití.

El gobierno de Biden defendió estos programas como una forma de aliviar la presión en la frontera sur y establecer nuevas vías legales para la migración. 

Sin embargo, el presidente Donald Trump y los republicanos han criticado estas políticas, argumentando que han incrementado la crisis migratoria y que se ha abusado de las medidas para ingresar al país.

El secretario interino del DHS, Benjamine Huffman, autorizó que los funcionarios del ICE tengan el poder de arrestar, detener y, en algunos casos, deportar a migrantes que entraron legalmente al país sin pasar por una audiencia formal ante un juez. 

Esta facultad, que generalmente se reservaba para encuentros en la frontera sur, se amplía ahora a una deportación más rápida y sin el debido proceso, lo que ha causado inquietud en los defensores de los derechos de los migrantes.

Con esta nueva política, el gobierno de Trump parece continuar su enfoque de mano dura sobre la inmigración, afectando incluso a aquellos que llegaron a Estados Unidos de acuerdo con las leyes del país, en un intento de frenar lo que se ha descrito como una “crisis migratoria” exacerbada por las políticas de la administración anterior.

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