SpaceX realizó un nuevo ensayo del Starship, su cohete más avanzado, en presencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Estados Unidos (Marcrix Noticias)-El megacohete Starship, la ambiciosa apuesta de SpaceX para revolucionar los viajes espaciales, volvió a ser protagonista este martes en Texas. En esta ocasión, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asistió como invitado especial al lanzamiento, un hecho que marcó su primera aparición en un evento relacionado con la exploración espacial tras su victoria en las elecciones.
El despegue fue impecable, pero el plan original de utilizar los brazos mecánicos, conocidos como “palillos”, para atrapar el cohete durante su regreso, fue descartado cuatro minutos después del lanzamiento. Según Dan Huot, portavoz de SpaceX, los criterios de seguridad necesarios no se cumplieron, lo que llevó al director de vuelo a ordenar un amerizaje controlado en el Océano Índico. Sin embargo, al tocar el agua, el cohete explotó.
A pesar del incidente, la nave espacial acoplada al Starship logró completar un vuelo sobre el Golfo de México, alcanzando una trayectoria cercana al espacio. Este logro permitió realizar pruebas clave, como la evaluación de sistemas de protección térmica y encendido de motores, esenciales para futuras misiones a la Luna y Marte.
Elon Musk, CEO de SpaceX, destacó la importancia de estas pruebas para perfeccionar la reutilización de cohetes, una estrategia que busca reducir drásticamente los costos de transporte espacial. La NASA también ha apostado por esta tecnología, destinando más de 4.000 millones de dólares para misiones lunares tripuladas en la próxima década.
Con este sexto vuelo de prueba desde 2023, SpaceX sigue enfrentándose a retos significativos. Tres de los lanzamientos anteriores también terminaron en explosiones, lo que subraya la complejidad del proyecto Starship, una pieza clave en la visión de Musk para la exploración interplanetaria.
Aunque el resultado de la prueba fue mixto, la presencia de Donald Trump en el evento refuerza el interés político en el desarrollo de la industria espacial estadounidense, especialmente en un contexto de competencia internacional.