Sébastien Lecornu dejó el cargo de primer ministro tras solo 28 días, profundizando la inestabilidad política en Francia.
Francia (Marcrix Noticias)-Francia volvió a quedar sumida en el desconcierto político tras la renuncia del primer ministro Sébastien Lecornu, quien abandonó el cargo menos de 24 horas después de presentar su gabinete y apenas un mes después de asumir el poder.
La Presidencia confirmó que el presidente Emmanuel Macron aceptó su dimisión, convirtiendo a Lecornu en el cuarto jefe de gobierno en menos de un año, una situación inédita incluso para los estándares de inestabilidad franceses.
El hasta ahora primer ministro justificó su decisión alegando que “ya no se cumplían las condiciones para permanecer en el cargo”, luego de fracasar en su intento de construir consenso entre las fuerzas políticas profundamente divididas en la Asamblea Nacional.
En su discurso de despedida, Lecornu afirmó: “Uno siempre debe poner a su país antes que a su partido”, en una clara alusión al bloqueo legislativo que enfrentó desde el primer día.
El impacto político fue inmediato. Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, exigió elecciones anticipadas o la renuncia de Macron, asegurando que “el presidente ha llegado al final del camino”.
En el otro extremo, la izquierda francesa también pidió una recomposición de fuerzas y la creación de una coalición amplia para contrarrestar el dominio presidencial.
El golpe político tuvo además efectos económicos: el índice CAC-40 de la bolsa francesa cayó casi 2%, reflejo del nerviosismo de los inversionistas ante la falta de rumbo político.
Algunos ministros recién designados ni siquiera habían sido oficialmente investidos cuando pasaron a ser funcionarios interinos, una situación descrita por la ministra de Ecología, Agnès Pannier-Runacher, como “un circo”.
Lecornu había recibido fuertes críticas por su elección de gabinete, particularmente por el regreso del exministro de Finanzas Bruno Le Maire, ahora al frente del Ministerio de Defensa, acusado de contribuir al aumento del déficit público.
Francia enfrenta actualmente una deuda de 3.346 billones de euros, equivalente al 114% del PIB, lo que colocaba a Lecornu frente al reto de aprobar un presupuesto sin recurrir al polémico artículo 49.3, que permite imponer leyes sin votación parlamentaria.
Su salida agrava la crisis política en Francia que Macron no ha podido contener desde las elecciones anticipadas de 2024, que fragmentaron la Asamblea Nacional entre la extrema derecha, la izquierda radical y un bloque centrista debilitado.
Ahora, el presidente francés deberá designar a un nuevo primer ministro capaz de reconstruir la mayoría y recuperar la estabilidad en un país exhausto por la parálisis política y la incertidumbre económica.
(Con información de The Associated Press)