Este domingo, los obispos de Guerrero rechazaron todo acto de violencia contra la dignidad, los derechos y la vida del obispo emérito Salvador Rangel, luego de la controversia que se desató por su desaparición y las declaraciones de funcionarios del gobierno de Morelos.

En un comunicado, los obispos manifestaron su cercanía y aprecio al prelado, de quien reconocieron su compromiso y entrega para no dejar indefensas a las comunidades de sus diócesis ante las violencias, corriendo riesgos y peligros para solucionar los problemas. “Rechazamos todo acto de violencia contra la dignidad, los derechos y la vida de Don Salvador y de toda persona” afirmó el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González.

Más adelante, en el comunicado firmado por los cuatro líderes de la Iglesia católica en Guerrero, se detalla que “confiamos y esperamos que los diversos niveles de gobierno y procuración de justicia intervendrán para esclarecer los hechos y proceder conforme a derecho”.

“Saludamos con afecto a todas aquellas personas e instituciones que han manifestado su solidaridad con la oración, la información, el cuidado médico o los procedimientos legales, en torno a la violencia sufrida por nuestro querido hermano, Monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa”, se añade.

El obispo emérito Salvador Rangel desapareció el sábado 27 de abril y fue localizado con vida dos días después en un hospital del Sector Salud del estado de Morelos.

Sobre estos hechos, el fiscal general  de Morelos, Uriel Carmona, dijo que Rangel Mendoza habría sido víctima de un secuestro exprés y su abogado Pedro Martínez Bello, acusó que el obispo emérito fue drogado y víctima de robo, ya que vaciaron sus cuentas bancarias.

Más tarde, el comisionado estatal de Seguridad Pública de Morelos, José Ortiz Guarneros chocó con la versión del fiscal Uriel Carmona y negó que Salvador Rangel haya sido secuestrado, ya que según él, las cámaras de seguridad muestran que ingresó al motel Real Ocotepec a pie, junto a un hombre.

Firman el comunicado el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González y los obispos de las diócesis de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández; de Ciudad Altamirano, Joel Campos Gorostieta; y el de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga.

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