Shein busca alternativas en Vietnam, mientras se anticipa una fuerte caída en exportaciones.
Guangzhou, China. (Marcrix Noticias)— En la conocida “aldea Shein”, en el distrito de Panyu, ya no se escuchan las máquinas de coser ni el bullicio de los talleres textiles. El silencio reina en esta zona industrial del sur de China, símbolo de una crisis manufacturera que se ha intensificado con la reciente decisión de Estados Unidos de imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas y eliminar la exención fiscal conocida como ‘de minimis’.
Hasta ahora, esta exención permitía a plataformas como Shein y Temu exportar productos al mercado estadounidense sin pagar impuestos, siempre que el valor del paquete no superara los 800 dólares. Este beneficio fue clave para mantener precios bajos y competitivos, pero a partir del 2 de mayo, todos los envíos estarán sujetos a impuestos, sin importar su valor.
“Los pedidos de Shein han bajado este año, y nuestras ventas han caído mucho”, confesó un trabajador de un taller local con unos 20 empleados al medio japonés Nikkei Asia. La situación se refleja en fábricas con pilas de ropa sin vender, muchas de las cuales ya han cerrado o están en proceso de hacerlo.
Deslocalización y supervivencia
Ante este escenario, Shein ha comenzado a alentar a sus proveedores a mover sus operaciones a países vecinos como Vietnam, donde el entorno regulatorio es más favorable. Sin embargo, la deslocalización no es una opción viable para pequeños talleres, que dependen completamente del flujo internacional de pedidos.
En ciudades como Dongguan, especializada en artículos de cuero, la crisis ya se percibía incluso antes del anuncio de los nuevos aranceles. Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, revividas por la actual administración de Donald Trump, vuelven a golpear con fuerza a la manufactura china.
Impacto económico a gran escala
Aunque las exportaciones chinas a EE.UU. crecieron más del 9% en marzo —impulsadas por envíos anticipados para evitar los nuevos aranceles— los analistas advierten una caída drástica a partir de mayo. Algunos productos podrían enfrentar aranceles de hasta 145%, lo que modificaría radicalmente las cadenas de suministro globales.
Todo esto ocurre en un momento crítico para la economía china, que creció apenas un 5.4% en el primer trimestre de 2025, según cifras oficiales. A la crisis manufacturera se suma la debilidad del sector inmobiliario, el enfriamiento del consumo interno y presiones deflacionarias que ya comienzan a extenderse a otros mercados.
Un futuro incierto
Mientras las fábricas cierran o buscan reinventarse, Shein y otras plataformas digitales enfrentan el desafío de mantener su modelo de negocio basado en bajos precios y alta rotación de productos, ahora amenazado por barreras comerciales cada vez más rígidas.
Lo que alguna vez fue una aldea vibrante de confección rápida y exportación sin límites, hoy enfrenta un proceso de transformación forzada, con repercusiones que van mucho más allá de los límites de Guangzhou.