La decisión fue comunicada por el mánager del cantante, Ramón Emilio Hernández, pocas horas antes de su actuación en el Palenque de Arandas, Jalisco. A través de sus redes sociales, Cano lamentó la situación:
“A toda mi gente de Arandas y León, lamento demasiado informarles que por razones personales no me podré presentar a estos shows. Los quiero mucho, les agradezco por todo el apoyo y comprensión”, expresó.
El segundo concierto afectado estaba programado para este domingo en el Palenque de la Feria de León, Guanajuato. En ambos casos, los organizadores garantizaron el reembolso a los asistentes.
Aunque Natanael no especificó las causas detrás de las cancelaciones, estas se producen días después de recibir amenazas de un grupo delictivo conocido como “Los Matasalas”, vinculado a “Los Chapitos”.
En Hermosillo, Sonora, apareció una manta que señalaba a Natanael Cano y otros músicos, acusándolos de colaborar económicamente con el grupo rival “Los Salazar”. El mensaje contenía una advertencia directa:
“Dedíquense a lo suyo, que es la profesión de ser músicos… Si no hacen caso a esta advertencia, serán fusilados”.
Ante esta situación, la Fiscalía General de Sonora ofreció protección a Natanael Cano y a otros artistas mencionados en la amenaza, como Tito Torbellino Jr. y Javier Rosas. Este último ya había sido víctima de un ataque armado en 2015 en Sinaloa, lo que subraya los riesgos que enfrentan algunos músicos del género regional mexicano.
El incidente reaviva el debate sobre la relación entre la música regional mexicana y los grupos delictivos. Los corridos tumbados y corridos tradicionales, en ocasiones, hacen referencia a figuras y actividades relacionadas con el crimen organizado, lo que pone a sus intérpretes en situaciones de riesgo.
Por ahora, Natanael Cano no ha confirmado si las amenazas fueron determinantes en su decisión, pero la conexión temporal ha encendido alarmas entre sus seguidores y en la industria musical.