TEHERÁN.— Al menos 92 personas murieron en Irán por la represión de las manifestaciones que estallaron hace dos semanas en respaldo a Mahsa Amini, quien murió bajo custodia policial, afirmó ayer la organización Iran Human Rights (IHR).
La comunidad internacional tiene el deber de investigar y de impedir que otros crímenes sean cometidos por la República Islámica de Irán”, dijo Mahmud Amiry-Moghaddam, director de IHR, con sede en Noruega.
Amini, una kurda iraní de 22 años, murió el 16 de septiembre pasado tras ser detenida por la policía de la moral.
Su muerte generó una ola de protestas, las más importantes en este país desde 2019.
Desde entonces, se han producido manifestaciones de solidaridad con las mujeres iraníes, incluso algunas quemaron sus velos en señal de protesta.
Las movilizaciones se reportaron en distintas partes del mundo.
Tan sólo el fin de semana hubo protestas en 150 ciudades.
Los asesinatos de manifestantes en Irán constituyen un crimen contra la humanidad”, declaró Amiry-Moghaddam.
En tanto, las condenas del gobierno se mantienen, en Teherán, el presidente Ebrahim Raisi acusó una vez más a los manifestantes.
Los nombró “enemigos” de Irán y los acusó de conspirar para aislar el país.
Cuando la República Islámica estaba superando los problemas económicos para volverse más activa en la región y en el mundo, los enemigos entraron al juego con la intención de aislar al país, pero fracasaron en esta conspiración”, dijo según un comunicado de la presidencia.
En este contexto, ayer, la prensa local informó que cinco Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, murieron en los enfrentamientos de Zahedán.
Por su parte, el predicador musulmán sunita Molavi Abdol Hamid declaró que la comunidad estaba encolerizada tras la presunta violación de una adolescente de 15 años por un responsable de la policía en la provincia, en un mensaje publicado en la web del religioso la semana pasada.
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