Cientos de migrantes son víctimas de secuestros y extorsiones en México, durante su camino hacia Estados Unidos, mientras escapan de la violencia en sus países de origen.
México (Marcrix, Noticias).- En Chiapas, la carretera federal 200 se ha convertido en un corredor peligroso para las caravanas de migrantes que ingresan a México desde Guatemala con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
Esta ruta, que muchos consideran su única opción para avanzar, está marcada por el asedio de grupos criminales que controlan el tráfico de personas. Denuncias de secuestros, robos, violaciones y extorsiones son cada vez más frecuentes entre los extranjeros, incluidos menores de edad.
Shara, una migrante ecuatoriana, compartió su historia sobre cómo ella, su tío y sus mascotas huyeron de la violencia de los cárteles y la crisis económica en Ecuador. Tras cruzar seis países, se encontraron en Tapachula, donde debían esperar una cita con el CBP One para ingresar legalmente a EE.UU.
Sin embargo, la inseguridad los obligó a unirse a una caravana que enfrenta peligros constantes, caminando hasta diez horas por el temor a ser secuestrados por el crimen organizado.
El 20 de octubre, cerca del municipio de Pijijiapan, se reportó un intento de secuestro a migrantes por parte de motociclistas ocultos en la maleza. Protección Civil municipal informó del incidente y brindó atención médica a los afectados.
Líderes de las caravanas han denunciado amenazas constantes por parte del crimen organizado, afirmando que muchos migrantes han sido secuestrados en el camino.
Actualmente, cientos de migrantes de diversas nacionalidades, incluyendo venezolanos, cubanos, ecuatorianos, peruanos, haitianos y africanos, marchan a lo largo de la carretera federal 200.

Según Luis García Villagrán, activista defensor de migrantes, alrededor de 20 mil personas están en la ruta entre Tapachula y Juchitán, Oaxaca, con 600 a 700 migrantes ingresando diariamente a Chiapas en su búsqueda de llegar a Estados Unidos antes de fin de año.
Iris Meza, otra migrante ecuatoriana que viaja con sus dos hijos, expresó su frustración al intentar salir de Chiapas después de esperar dos meses en Tapachula. “La situación es lamentable. Al llegar aquí a México, la dificultad más grande no sólo proviene de los cárteles, sino también de la política que se genera aquí. No tenemos protección”, afirmó.
Además, otros 20 mil migrantes se encuentran varados en Tapachula, esperando permisos migratorios. Muchos de ellos han sido secuestrados y marcados por el crimen organizado durante su paso por el Río Suchiate. Villagrán destacó que los “sellos” que llevan son indicativos para el Ejército y otras fuerzas de seguridad, mostrando hasta dónde pueden llegar los migrantes. “Tapachula se ha transformado en la ciudad más peligrosa de México”, concluyó.
Con información de NMás.
