La crisis económica, social y humanitaria de algunos países del continente asiático y africano han tomado a Ecuador cómo el punto de partida para llegar a Estados Unidos.
La ruta para cientos de migrantes de China, India, Arabia, Nigeria y Camerún, que parten de su país de origen vía aérea con destino a Ecuador, país donde sus autoridades de migración no solicitan una visa a los turistas.
Lo mismo sucede en Venezuela, dónde el éxodo los lleva a caminar kilómetros para traspasar las fronteras de Colombia. En este punto, grupos de ciudadanos de Asía, África y Sudamérica inician un recorrido de 5 mil 750 kilómetros para cruzar hacía México la selva del Darién, conocida como “El Tapón de Darién” que conecta Sudamérica con Centroamérica.
De acuerdo con Dinna Rivera, ciudadana de Venezuela, comentó para Grupo Imagen que el recorrido entre las hectáreas de la selva de Darién, es un martirio debido a que en esa zona predomina la organización criminal “Clan del Golfo”, quienes tienen actividades criminales como el tráfico de migrantes.
Agregó que durante su andar vio decenas de muertos y tuvo la necesidad de tomar agua contaminada de sus ríos.
“Primero viajamos de Caracas a Colombia, Medellín; de Medellín entramos a la selva por Acandí, duramos dos días y medio, fue fuerte, vimos muertos; pasamos ahí, tuvimos que tomar agua de río, fue una contaminación, estuvimos muy mal del estómago, porqué las condiciones fueron fuertes, ya se nos acabó el agua potable y nos tocó tomar agua de río”.
En el caso de la migración de Haití y Cuba las rutas marítimas son esenciales para llegar a uno de los 25 puertos de Panamá o en su defecto a los seis puertos comerciales con los que cuenta Nicaragua.
En las rutas de Panamá o Nicaragua, los traslados son en autobuses foráneos hasta la frontera de Guatemala; ahí inicia la pesadilla del sueño americano.
Para Disan Saavedra, habitante de Holguín, Cuba, su estatus de preso político lo obligó a dejar su natal isla para evitar que lo mataran. La ruta que tomó fue vía marítima para llegar a Nicaragua, dónde inició su travesía por tierra en diversos transportes hasta el margen de Río Suchiate, del lado de Guatemala, para cruzar por 50 quetzales (120 pesos) hacía México, un recorrido en las balsas de 10 minutos.
“Caminando a la mayoría de a veces caminando, hoy mismo para llegar aquí eso fue terrible, porque anoche nos bajaron de una guagua y esa travesía la tuvimos que hacer a pie casi 30 km y hasta la fecha todavía no hemos podido resolver nada aquí”.
Desde las primeras horas del día la actividad en la franja fronteriza entre México y Guatemala, inician a la inversa; es decir, del lado guatemalteco salen cientos de migrantes a Chiapas y de esta entidad cientos de productos de la canasta básica y otros productos, el comercio informal sin pago de impuesto.
Una vez llegando al Ríos Suchiate, “La puerta de México”, les espera un recorrido de 439 kilómetros que puede ser a pie o autobús para llegar a uno de los Centros de Movilidad Migrantes que instalaron los tres niveles de gobierno en el municipio de Juchitán, Oaxaca.
Aquí, con el pago del costo de su pasaje, son trasladados sin contratiempos a la Ciudad de México. Esto evitó que el municipio fuera colapsado en sus servicios urbanos por el éxodo migrante.
En entrevista para Grupo Imagen, el presidente municipal de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, Miguel Sánchez Altamirano, destacó que el trabajo coordinado ayudó a evitar el deambular de la migración en su municipio.
“Hemos estado trabajando de manera conjunta, los tres niveles de gobierno y ya estamos con ese centro de movilidad, que nos ayudado bastante, en el tema de los espacios públicos, en el tema de la basura, en los temas de reordenamiento Vial y demás circunstancias que generó el tema del paso migrante”.
El destino de la mayoría del éxodo migrante de África, Asía, Sudamérica y Centroamérica momentáneamente, es el “paraíso” de la Ciudad de México dónde las leyes del Instituto Nacional de la Migración (INM), no son aplicables y así pueden trabajar con la finalidad de recaudar dinero para seguir su destino a Estados Unidos.
Su estancia será entre los tres y cinco meses en las calles de la capital del país, para conectar con quienes los lleven a la frontera norte partiendo desde la Ciudad de México, pasando por el Estado de México, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León para llegar a Piedras Negras.
La siguiente ruta que toman es Ciudad de México, pasando por el Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Zacatecas, Durango y Ciudad Juárez, Chihuahua o en su defecto Ciudad de México, pasando por el Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Zacatecas, Durango y Ciudad Juárez, Chihuahua, Sonora hasta llegar a Tijuana, Baja California.
Rutas que son conocidas por las organizaciones delictivas del Cártel del Noreste, Golfo, La Nueva Familia Michoacana y otras menores que hacen su negocio ilegal del secuestro de migrantes bajo el amparo de las autoridades de los tres niveles de gobierno.