El narco encontró en YouTube una nueva arma: videos para exhibirse, reclutar y sembrar miedo. Así operan las células criminales en la era digital.
México (Marcrix Noticias)-El poder del crimen organizado ya no se limita al territorio ni al enfrentamiento armado. En la actualidad, la batalla también se libra en el universo digital, donde redes sociales y videojuegos se han convertido en herramientas clave para extender su influencia, moldear imaginarios y reclutar nuevas generaciones.
Plataformas como YouTube han dejado de ser exclusivamente espacios para el periodismo o el análisis. En su lugar, han proliferado canales que disfrazan la apología del narco bajo contenidos de “opinión” o “reportajes”. Los mensajes —acompañados de imágenes impactantes, música regional y edición profesional— legitiman a grupos criminales, celebran su estilo de vida y monetizan sus visualizaciones.
Este fenómeno ha crecido especialmente con la disputa entre Los Chapitos y La Mayiza en Culiacán. Las consecuencias no sólo se reflejan en la violencia física, sino también en el número de creadores asesinados por tocar fibras sensibles. Al menos una decena de youtubers han sido ejecutados en los últimos meses, atrapados entre la verdad, la desinformación y el control narrativo del narco.
Por su parte, TikTok se ha consolidado como el escaparate más eficaz para vender la vida criminal como aspiración. Con clips breves, ritmos virales y escenas de lujo, se ofrece un relato atractivo para jóvenes, incluso menores de edad, que consumen esta estética sin filtros ni contexto. Lo que parece entretenimiento, es en realidad propaganda: el crimen como moda y camino al éxito.
Pero el uso estratégico del mundo digital no termina ahí. Diversas investigaciones oficiales revelan que videojuegos como Free Fire han sido utilizados para contactar y reclutar adolescentes. A través de chats integrados, desconocidos ofrecen dinero fácil a cambio de “misiones” dentro y fuera del juego. En muchos casos, los jóvenes terminan fungiendo como “halcones” o mensajeros, normalizando la violencia desde lo lúdico.
Frente a este fenómeno, el gobierno entrante de Claudia Sheinbaum ha prometido una respuesta directa. Una de sus propuestas más destacadas es el programa “México Canta y Encanta”, que busca ofrecer alternativas culturales y artísticas para los jóvenes, contrarrestando la narrativa aspiracional del crimen. La estrategia incluye educación mediática, prevención y mayor regulación del contenido digital que promueve o glorifica a los cárteles.
El reto, sin embargo, es profundo. Los cárteles han aprendido a dominar los algoritmos: usan códigos visuales, música pegajosa, referentes juveniles y emociones virales para infiltrarse incluso en los celulares de adolescentes en secundaria. La guerra contra el crimen ya no solo se libra con armas: hoy, se combate también con clics, reproducciones y narrativas.
Casos como el del “Gordo Perusi”, un creador de contenido con vínculos narco, muestran cómo plataformas como YouTube pueden servir para amplificar la apología del delito. Sin políticas efectivas de moderación y responsabilidad corporativa, estas redes seguirán siendo aliadas involuntarias del crimen organizado.
La batalla digital contra el narco no podrá ganarse sólo con vigilancia y censura. Requiere de nuevas narrativas, oportunidades reales y participación activa del Estado y las plataformas tecnológicas. De lo contrario, la violencia seguirá viralizándose… ahora en HD.