El huracán  golpeó la isla con vientos sin precedentes y dejó severos daños en infraestructura y comunidades costeras.

Jamaica (Marcrix Noticias)-El huracán Melissa tocó tierra este martes en la costa suroeste de Jamaica como un monstruo de categoría 5, con vientos sostenidos de casi 300 km/h, convirtiéndose en el ciclón más potente que ha azotado la isla en su historia moderna, según confirmó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

El punto exacto de impacto se registró cerca de New Hope, en el distrito de Manchester, donde miles de familias fueron evacuadas horas antes. Sin embargo, el paso del huracán superó cualquier expectativa: techos arrancados, torres eléctricas dobladas y comunidades completamente aisladas por el colapso de caminos.

Escenas del impacto: viento, lluvia y destrucción en Jamaica

A las 3:45 p.m. (hora local), el ojo del huracán ingresó a tierra firmeacompañado de una marejada ciclónica superior a cuatro metros, mientras ráfagas de viento devastaban viviendas, escuelas y hospitales. En Kingston, la capital, los residentes describieron una escena apocalíptica.

He tratado de dejar todo preparado, agua y comida, pero cuando escuché el rugido del viento entendí que esto no era un huracán cualquiera”, relató Mary Campbell, vecina de la parroquia de Manchester, citada por Reuters.

Las lluvias torrenciales arrasaron con plantaciones de café y banano en la región central, mientras los servicios de emergencia informaban más de 1,2 millones de personas sin electricidad y al menos 45 ríos desbordados.

Un joven residente de Kingston, Dwayne Reid, contó a The Guardian:

Las ráfagas golpeaban las ventanas como si el aire tuviera cuchillas. Vi cómo el techo de mi vecino salía volando. Pensé que no íbamos a sobrevivir”.

De acuerdo con el gobierno, 6 mil refugios habían sido habilitados en todo el país antes del impacto. No obstante, algunos sufrieron daños por la intensidad del viento. “En algunas zonas, los refugios se vieron superados. Nunca imaginamos ráfagas de esta magnitud”, explicó Desmond McKenzie, ministro de Seguridad Nacional.

Las autoridades impusieron toque de queda y cierre total de carreteras, mientras la Oficina de Preparación para Desastres y Emergencias pidió a la población no salir de sus viviendas hasta nuevo aviso.

Voces ante el huracán Melissa

Entre los escombros, los relatos de los testigos reflejan el pánico vivido en las horas más duras del huracán.

Colin Bogle, asesor humanitario en Kingston, dijo a Reuters:

Escuché una explosión, luego todo se quedó a oscuras. Los árboles se movían como si fueran de papel. Rezamos en familia porque pensábamos que la casa se vendría abajo.”

En la localidad de Saint Elizabeth, Emma Simms, madre de tres hijos, contó a The Guardian:

Nos metimos en el armario con los niños. Pusimos un colchón encima para protegernos de los vidrios. Oíamos cosas rompiéndose afuera. Fue interminable”.

Desde un refugio temporal, otra residente expresó al canal CNN:

Nunca había visto algo así en Jamaica. Estoy asustada porque no sé qué viene ahora. La lluvia no se detiene y dicen que el río sube cada hora”.

Los hospitales en Mandeville y Kingston reportaron heridas por escombros, caídas de árboles y techos colapsados. Aunque el número oficial de víctimas no se ha confirmado, se teme que haya decenas de desaparecidos.

El primer ministro Andrew Holness declaró emergencia nacional:

No existe infraestructura en el país capaz de resistir una categoría 5. Ahora la prioridad es salvar vidas y restaurar la comunicación con las zonas más afectadas”.

Cambio climático y huracán Melissa

El huracán Melissa no solo impactó por su fuerza, sino por la velocidad con la que se intensificó. En menos de 36 horas pasó de categoría 2 a 5, un fenómeno conocido como intensificación rápida, impulsado por las altas temperaturas del océano Atlántico.

El meteorólogo Akshay Deoras, de la Universidad de Reading (Reino Unido), explicó:

Esa parte del Atlántico está extremadamente cálida, alrededor de 30 °C, entre dos y tres grados por encima de lo normal. Y no solo en la superficie: las capas profundas del océano también están calientes, lo que alimenta el huracán con una energía inmensa”.

Por su parte, Bernadette Woods Placky, jefa de meteorología de Climate Central, advirtió:

Vivimos en un mundo más cálido, y eso significa huracanes más propensos a intensificarse cerca de las costas. Melissa es un ejemplo de cómo el cambio climático amplifica los riesgos”.

El especialista Jonathan Porter, de AccuWeather, añadió:

“Los huracanes de movimiento lento suelen ser los más devastadores. Melissa avanza a paso de peatón, lo que incrementa las lluvias y el peligro de inundaciones catastróficas.”

De hecho, el Servicio Meteorológico de Jamaica reportó acumulaciones de hasta 950 mm de lluvia en zonas montañosas, una cifra que duplica el promedio mensual. Los deslizamientos y la pérdida de cultivos amenazan con provocar una crisis humanitaria.

El gobierno jamaiquino estima que más de 1.5 millones de personas resultaron afectadas directamente. Los daños iniciales incluyen infraestructura colapsada, carreteras intransitables, cortes de electricidad masivos y comunicación interrumpida.

La Cruz Roja Internacional y la Agencia Caribeña de Respuesta a Desastres comenzaron operaciones de emergencia. Las autoridades locales advirtieron que la reconstrucción podría tomar meses y que los costos podrían superar los 4.000 millones de dólares.

El impacto de Melissa también ha reavivado el debate sobre la preparación de los países caribeños ante el cambio climático. La región depende fuertemente del turismo y de su litoral, lo que agrava los efectos económicos.

Los expertos proponen varias lecciones clave:

• Fortalecer la infraestructura costera y los códigos de construcción.

• Mejorar los sistemas de alerta temprana y evacuación.

• Educar a la población sobre protocolos de emergencia.

• Invertir en energía y comunicaciones resilientes.

El huracán Melissa quedará registrado como uno de los eventos meteorológicos más destructivos en la historia de Jamaica. Las imágenes de casas derrumbadas, carreteras cubiertas de lodo y comunidades enteras incomunicadas evidencian que los fenómenos extremos ya no son excepcionales.

Los científicos coinciden: los huracanes más intensos son cada vez más comunes en un planeta que se calienta. Y mientras Jamaica se recupera, el mundo observa una advertencia clara: la nueva normalidad climática ya está aquí.

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