El huracán categoría 5 dejó más de 200 muertos, más de 50 mil damnificados y daños millonarios en la Península de Yucatán.
Quintana Roo (Marcrix Noticias).- Un día como hoy, pero de 1988, el huracán Gilberto tocó tierra en la isla de Cozumel y, horas después, en Cancún, dejando una huella imborrable en la historia del Caribe y de México.
Considerado uno de los ciclones más destructivos del siglo XX, su fuerza devastadora transformó para siempre la vida en la Península de Yucatán.
Con vientos de hasta 296 kilómetros por hora y categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, Gilberto arrasó a su paso.
El impacto provocó la muerte de más de 200 personas en México, dejó 51 mil 610 damnificados y obligó a la evacuación de cerca de 140 mil habitantes. Los daños materiales ascendieron a pérdidas millonarias en hoteles, viviendas, carreteras, sistemas eléctricos y de comunicación.
En Quintana Roo, Cozumel fue la primera isla en resentir la furia del ciclón. Posteriormente, Cancún quedó prácticamente devastado: más del 60% de las construcciones resultaron dañadas y gran parte de la infraestructura turística colapsó.
Las escenas de hoteles destruidos, viviendas arrasadas y familias refugiadas en escuelas y albergues aún permanecen en la memoria de los sobrevivientes.
Gilberto no solo afectó a la Península. Tras impactar Yucatán, cruzó el Golfo de México y golpeó Tamaulipas, para después provocar inundaciones históricas en Nuevo León y Coahuila antes de disiparse.
En total, su paso por el Caribe y México cobró la vida de más de 300 personas y dejó pérdidas superiores a los 5 mil millones de dólares, una cifra histórica para la época.
El huracán también fue recordado por sus cifras récord: alcanzó una presión mínima central de 888 milibares, lo que en ese momento lo convirtió en el huracán más intenso registrado en el Atlántico.
Tras esta tragedia, México reforzó sus protocolos de protección civil, construyó refugios anticiclónicos y mejoró los sistemas de alerta temprana.
Hoy, 37 años después, el huracán Gilberto sigue siendo un recordatorio de la vulnerabilidad de Quintana Roo ante fenómenos naturales y de la importancia de la prevención para salvar vidas.
En redes sociales, internautas comparten recuerdos y testimonios de aquella época. Desde el miedo de pasar noches enteras sin luz, hasta la solidaridad de los quintanarroenses para levantarse tras la tragedia, el huracán Gilberto permanece vivo en la memoria de la región.