El español, Yamel de apenas 17 años, es el primer jugador más joven que logra ser campeón en la Eurocopa
La Roja se impuso 2-1 a los Tres Leones en el Estadio Olímpico de Berlín con goles de Nico Williams y Mikel Oyarzabal
Berlín- Una nueva exhibición de fe ante cualquier campeón del mundo que enfrente se le pusiese, levantándose España al empate de Inglaterra y la lesión de su líder, Rodri, golpeando primero con el gol de Nico Williams, empatada por Palmer como castigo a un error y volviendo a tocar la gloria doce años después con el gol soñado de Mikel Oyarzabal, para ser la única selección que conquista cuatro ediciones de la Eurocopa.
España ya había ganado antes de la final. Volver a enganchar al país a su selección. Ponerse la camiseta con el mismo orgullo con el que se presumía en la mayor etapa de gloria entre 2008 y 2012.
Parecía inalcanzable pero la conquista de la Liga de Naciones engrandecida por la Eurocopa, sitúa a la nueva generación en otro camino de gloria impensable en la travesía de once años que separó puntos de éxito.
El equipo de Rodri cuya lesión presentó un reto aún mayor. El que explota los extremos como nadie con Yamal y Nico. El de la furia representada en Carvajal. Pero también en Morata, un 9 que volvió a defender con la intensidad de un defensa.
El de Dani Olmo como factor diferencial que fue decisivo en esta ocasión evitando en su área el empate. Una identidad que costó mostrar el día clave. En una final decide un mínimo error. El partido que demuestra quien sabe competir. Como hizo España en el segundo acto.
Se presentaba el más difícil todavía para De la Fuente, ganar la final sin el futbolista que ejerce el liderazgo. Zubimendi aceptó el reto de suplir a Rodri y exhibió personalidad. En lugar de temer, España dio el paso que demandaba el duelo gracias a sus dos grandes sensaciones. Yamal apareció entre líneas, encontró a Nico, Walker llegó tarde, y de primeras, con un preciso zurdazo de un jugador diestro al que cambió la vida Ernesto Valverde haciéndole jugar a pierna cambiada, sumaba su nombre a la prestigiosa lista de goleadores españoles en finales de Eurocopa.
Los dos ‘culpables’ del cambio de estilo que apadrina De la Fuente explotaban su electricidad. Como ocurrió ante Francia, en tres minutos pudo tumbar a su rival. Yamal, máximo asistente del torneo con cuatro asistencias ya con 17 años recién cumplidos, soltó la cadena, Nico encontró a Olmo que perdonó cruzando en exceso su disparo con todo para marcar. Era la sentencia.
El escenario ya había cambiado para Inglaterra. No le serviría lo mostrado hasta entonces, obligada a proponer y aumentar riesgos de los que disfrutó Yamal. Ajeno a la dimensión del partido se liberó de la banda para inventar al movimiento al espacio de Morata. Tan voluntarioso como desacertado en el mano a mano ante Pickford. En una acción prolongada por un latigazo de Nico. Suficiente para haber cerrado la final con la pegada que se añoró.
El desenlace estaría a la altura del torneo de España. Castigada desde un error, por el atrevimiento de Cucurella tras una acción primera de remate de Oyarzabal, que había dado el relevo a Morata. El espacio a su espalda provocó un empate de la manera que nunca lo debió conceder. Sorprendida en transición cuando Jude cedió de espaldas a portería a la llegada de Palmer que la colocó donde no podía llegar Unai Simón.
Restaban 17 minutos y arrancaba una nueva final con la amenaza de la prórroga que a ninguno interesaba. De nuevo se levantó España de un golpe como cada vez que lo recibió en el torneo. Había perdonado Yamal otra clara por asegurar el disparo y toparse con Pickford cuando el fútbol y la fe ciega de De la Fuente en Oyarzabal encontró el premio. Cucurella se desquitó de su error atacando su banda y a su centro tenso apareció con todo Oyarzabal para abrazar la gloria.
En esta ocasión no hubo milagro inglés. Lo acarició con dos testarazos en un chispazo en el añadido. El primero repelido por Unai Simón. El segundo salvado sobre la línea por Dani Olmo para ser celebrado como un gol. España ya era campeona de Europa. La Eurocopa de Luis de la Fuente, ganador con todas sus apuestas, hasta con la insistencia en Oyarzabal. La cuarta Eurocopa, la primera de una generación que también ha superado retos inimaginables
fuente: La Afición- Milenio

