Vecinos de Chicxulub, Yucatán, denuncian la muerte de 15 perros por envenenamiento en menos de una semana y piden acción inmediata de las autoridades.

 

Yucatán (Marcrix, Noticias).- El puerto de Chicxulub, en el municipio de Progreso, vive momentos de incertidumbre y dolor tras el hallazgo de 15 perros muertos por envenenamiento en menos de una semana. 

Los pobladores exigen justicia y acciones concretas por parte de las autoridades, ante lo que califican como un acto de crueldad inaceptable.

El primer caso se reportó la noche del martes pasado en la calle 23 entre 40 y 44, extendiéndose a distintos puntos de la comunidad durante los días posteriores. La madrugada del viernes se localizaron dos perros más, confirmando la cifra de 15 víctimas.

Los vecinos informaron haber visto a los animales desorientados, vomitando y retorciéndose en la vía pública, evidencias claras de intoxicación por veneno. 

Entre las teorías planteadas por la comunidad, se sospecha de personas que buscan “limpiar” las calles de perros callejeros, de posibles ladrones que ven en los perros un obstáculo, o de alguien que habría actuado por resentimientos personales.

En respuesta, los dueños de mascotas han extremado medidas de precaución, evitando que sus animales salgan a las calles y retirando croquetas envenenadas encontradas en diversos puntos del puerto.

El envenenamiento masivo de animales no es un hecho nuevo en Yucatán. Hechos similares ocurrieron en Hunucmá y Tekax, donde al menos 11 perros perdieron la vida, tras consumir alimentos contaminados con sustancias tóxicas.

Exigen justicia y protección

Defensores de animales han solicitado la intervención de las autoridades para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables. 

La comunidad también pide campañas de concientización sobre el respeto hacia los animales y mayor vigilancia en la zona para evitar que estos actos se repitan.

La Fiscalía de Yucatán podría iniciar una carpeta de investigación, dado que el maltrato animal está tipificado como delito en el estado, con penas que alcanzan hasta cinco años de prisión. 

Mientras tanto, la incertidumbre persiste en Chicxulub, donde los habitantes esperan respuestas ante este acto de crueldad que ha sacudido a la comunidad.

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