Un pequeño fragmento de arcilla revela detalles inéditos del vínculo entre el Imperio Asirio y Judá.

Jerusalén (Marcrix Noticias)-Lo que parecía un simple trozo de cerámica resultó ser un hallazgo de proporciones bíblicas.

Arqueólogos en Jerusalén descubrieron una antigua inscripción asiria, grabada en arcilla hace unos 2 mil 700 años, que podría arrojar nueva luz sobre uno de los episodios más conocidos del Antiguo Testamento.

El fragmento, de apenas una pulgada de longitud, formaba parte de un sello usado para autenticar documentos oficiales; fue encontrado en un canal de drenaje del Monte del Templo, en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La inscripción asiria, grabada en arcilla hace unos 2 mil 700 años, podría arrojar nueva luz sobre uno de los episodios más conocidos del Antiguo Testamento. (Foto: Israel Antiquities Authority)

El doctor Peter Zilberg, experto en Estudios del Cercano Oriente de la Universidad Bar-Ilan, calificó el descubrimiento como “una linterna en la niebla de la historia”. Según explicó, el fragmento está inscrito en cuneiforme acadio, el idioma semítico escrito más antiguo, y su análisis reveló una queja de las autoridades asirias por un pago de impuestos atrasado del Reino de Judá.

Al rastrear la composición de la arcilla, los investigadores determinaron que el fragmento provenía de la cuenca del Tigris, cuna de varios centros del Imperio Asirio. La inscripción habría sido una especie de aviso fiscal oficial, posiblemente enviado por orden del emperador asirio a un rey de Judá.

Un suceso bíblico destapado en pleno 2025

El hallazgo coincide con un episodio descrito en el Segundo Libro de los Reyes (18 y 19), donde se narra cómo el rey Senaquerib de Asiria marchó contra las ciudades fortificadas de Judá durante el reinado de Ezequías, quien terminó pagando un cuantioso tributo en plata y oro para evitar la destrucción de Jerusalén.

“El rey Ezequías envió este mensaje al rey de Asiria en Laquis: ‘He pecado; retírate de mí, y soportaré lo que me impongas’”, detalla el texto bíblico. “Entonces el rey de Asiria impuso al rey Ezequías de Judá un tributo de 300 talentos de plata y 30 talentos de oro”.

Aunque el fragmento no conserva la fecha exacta —la parte que la contenía se perdió—, los expertos lo ubican entre finales del siglo VIII y mediados del siglo VII a. C., periodo marcado por la rebelión de Judá contra Asiria y el endurecimiento de las exigencias tributarias.

“Tenemos la revuelta de Ezequías precisamente contra Senaquerib”, señaló Zilberg. “[Ezequías] retrasó el pago de los impuestos por un tiempo, lo que llevó a Senaquerib a marchar sobre Jerusalén”.

Este pequeño fragmento confirma que las tensiones políticas y fiscales entre ambos reinos fueron reales, y no solo un relato teológico. Según Zilberg, “la mera existencia de una apelación oficial como esta atestigua un punto de fricción entre Judá y el gobierno imperial”.

El descubrimiento, destacado también por la Biblical Archaeology Society, aporta evidencia tangible de que varios relatos bíblicos se basan en hechos históricos verificables.

“Este artefacto es muy importante porque conecta la historia de la Tierra de Israel con la Biblia y con la historia del antiguo Cercano Oriente en general”, aseguró Zilberg. “Hay tanto que aún no sabemos, y luego aparecen estas inscripciones que iluminan de manera precisa un tema muy particular. Es algo realmente emocionante”. 

Con información de New York Post

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