Las autoridades texanas enfrentan ya la tercera semana de una intensa operación de rescate tras las fuertes inundaciones en Hill Country, que han cobrado la vida de al menos 135 personas.
Texas (Marcrix Noticias)-Hill Country, una de las zonas más turísticas de Texas por su paisaje natural y sus ríos, atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes tras las inundaciones que coincidieron con el fin de semana del 4 de julio. La catástrofe ha dejado, hasta ahora, un saldo trágico de al menos 135 fallecidos, la mayoría encontrados cerca del río Guadalupe, especialmente en el condado Kerr, al noroeste de San Antonio.
La situación sigue siendo crítica. Las autoridades estatales han confirmado que cerca de 100 personas aún se encuentran desaparecidas, aunque esta cifra ha disminuido en comparación con los primeros días del desastre, cuando superaba los 160 casos. La reducción se debe a que algunas víctimas han sido identificadas, otros sobrevivientes han sido ubicados, y varios reportes iniciales resultaron ser duplicados o erróneos. Sin embargo, los funcionarios insisten en que la lista de desaparecidos sigue en constante cambio, alimentada por nuevos llamados a la línea directa habilitada para emergencias.
Uno de los puntos más devastados por las crecidas fue el histórico Camp Mystic, un reconocido campamento cristiano para niñas, donde al menos 27 personas —entre menores y personal del lugar— perdieron la vida. El terreno árido y poco permeable de la región, incapaz de absorber lluvias intensas, contribuyó a que las aguas arrasaran en cuestión de minutos.
Frente a la magnitud del desastre, el gobernador Greg Abbott ha ordenado una sesión especial de la Legislatura estatal. Durante 30 días, representantes y senadores no solo atenderán los temas previamente establecidos, sino que también debatirán acciones urgentes relacionadas con la respuesta a las inundaciones. Entre los principales focos estarán los proyectos para implementar sistemas de alerta temprana y mejorar las comunicaciones de emergencia.
El condado Kerr, uno de los más afectados, carecía de un sistema de alertas, a pesar de haber tenido la oportunidad de acceder a fondos en años anteriores. La falta de preparación ha sido duramente criticada por residentes y autoridades locales.
Como parte del plan de respuesta, se ha formado un comité especial legislativo que visitará Kerrville el próximo 31 de julio para recoger testimonios directos de los ciudadanos. Antes de eso, el 23 de julio se llevará a cabo una audiencia conjunta para analizar cómo respondió el estado durante las primeras horas del desastre, así como la preparación ante futuros eventos similares.
La tragedia ha puesto en evidencia la urgente necesidad de inversión en infraestructura de prevención y sistemas de respuesta rápida, en una región que, si bien es pintoresca y tranquila, se ha mostrado extremadamente vulnerable a fenómenos meteorológicos extremos.