El majestuoso Palacio de Bellas Artes fue el escenario para rendir tributo a la primera actriz Silvia Pinal, una de las figuras más emblemáticas de la cultura y el cine mexicano.
México (Marcrix Noticias)-Con más de 70 años de trayectoria ininterrumpida, Pinal dejó un legado que trascendió fronteras, como destacó la titular de la Secretaría de Cultura, Claudia Curiel, al inaugurar el evento:
“Silvia Pinal, única e irrepetible, icono mundial que hoy reconocemos y celebramos”.
Despedida familiar llena de amor y gratitud
El homenaje estuvo marcado por emotivas palabras de sus hijas, nietas y bisnieta, quienes recordaron con cariño y dolor a la actriz.
Sylvia Pasquel, con la voz entrecortada, habló desde el corazón:
“Para el público se va la diva, pero para nosotros, su familia, se va nuestra madre… mi hermosa, tierna, simpática, ocurrente y bella madre”.
Alejandra Guzmán, entre lágrimas, destacó el momento familiar al despedir a su madre:
“Siempre me enseñó que este matriarcado tenía magia, arte y cosas que llevaremos siempre. Esa es la mejor herencia que puedo tener”.
Stephanie Salas, su nieta, recordó la cercanía de Silvia con el público, señalando cómo nunca negó un autógrafo a sus admiradores.
Michelle Salas, bisnieta de Pinal, ofreció un emotivo discurso en el que resaltó la fuerza y el amor incondicional que la actriz brindó a su familia:
“Hoy mientras me despido de ella, quiero quedarme con el mejor regalo que me dejó: su amor incondicional”.
Un homenaje con música y honor
La ceremonia incluyó una sentida interpretación de María del Sol, quien cantó «Nos volveremos a abrazar», evocando la esencia cálida y amorosa de Silvia Pinal.
También se realizaron guardias de honor, en las que participaron figuras destacadas como Patricia Reyes Espíndola, José Elías Moreno, y María del Sol, entre otros, resaltando el impacto de Silvia en la vida cultural y artística de México.
Un legado eterno
Silvia Pinal, estrella de clásicos del cine mexicano y musa de directores como Luis Buñuel, fue recordada no solo como una artista insuperable, sino como el corazón de su familia y un ícono para varias generaciones. Este homenaje en Bellas Artes marcó un cierre digno para la carrera y vida de una mujer cuya luz seguirá brillando en la historia del arte mexicano.