La situación fue narrada por un arzobispo emérito a un diario italiano
Roma (Marcrix Noticias).— Aunque el cónclave que elegirá al nuevo jefe de la Iglesia católica está lleno de cardenales, también es cierto que existen jaloneos y patadas bajo la mesa en el proceso de elección.
El proceso arrancará oficialmente el 7 de mayo, en medio del secretismo y profunda oración, como dicta la tradición de más de veinte siglos.
A unos metros de la basílica de San Pedro se localiza la Casa Santa Marta, moderno hotel de cinco plantas donde se alojan los cardenales durante el cónclave.
Con más de 100 habitaciones, salones, comedor y una amplia capilla, Santa Marta ofrece comodidad, pero también total aislamiento: durante el cónclave, se retiran móviles, televisores y cualquier dispositivo que pueda romper el hermetismo impuesto por la normativa vaticana.
En este entorno de recogimiento, un cardenal decidió balconear a uno de sus colegas al narrar una anécdota peculiar al diario Corriere della Sera.
El arzobispo emérito Anselmo Guido Pecorari, de 79 años, compartió al diario: “No puedo decir su nombre porque es un gran amigo mío”, confesó Pecorari, “pero un cardenal extranjero pensó que en Santa Marta todo era gratis, incluyendo el minibar de la habitación”.
Narró que después de una cena, el cardenal anfitrión invitó a varios colegas a su habitación para compartir una copa.
“Terminaron rápidamente las botellitas de los licores”, dijo Pecorari.
La sorpresa llegó al día siguiente, cuando el religioso encontró la factura en su cuenta.
“Se molestó mucho al descubrir que el alcohol corría por su cuenta”, dijo el arzobispo.
El viernes, los bomberos del Estado Vaticano instalaron la emblemática chimenea en el techo de la capilla. Será por ese conducto que el mundo entero espere la señal: humo negro si no hay acuerdo, humo blanco si los cardenales han elegido al nuevo papa.
Con información de Aristegui Noticias
Únete a nuestro Canal de Marcrix Noticias
https://whatsapp.com/channel/0029Va5CW665a23x3iZrdJ2O