Los asesinos del “Niño del Contenedor” hace 25 años en Jalisco, se refugiaron en Chetumal.
Chetumal (Marcrix Noticias)- Gracias a la identificación por redes sociales, fueron capturados en Chetumal los asesinos de “El Niño del Contenedor”, tras 25 años de prófugos, por el asesinato del menor “Dylan”, cometido en 1999 en Jalisco y abandonado en un contendedor en Aguascalientes.
Los hechos por los que eran buscados ocurrieron el 12 de noviembre de 1999, en Teocaltiche, Jalisco, donde Francisco Javier “N”, alias “El Profe”, tras discutir con la mujer Liliana Lucero “N”, golpeó hasta privar de la vida al hijo de esta y ambos acordaron huir.
Primero se ocultaron en las ciudades de León, Oaxaca y Palenque, para finalmente establecerse en 2002 en Chetumal y habitar por años en la colonia Payo Obispo 1, donde fueron identificados por un cibernauta y enviado su información hasta la Fiscalía General de Aguascalientes, quien solicitó la colaboración de la policía ministerial de Quintana Roo para la captura.
De acuerdo al comunicado oficial, Francisco Javier “N”, alias “El Profe”, luego de asesinar a golpes al menor de edad, lo envolvió en cobijas y lo metió en una caja de cartón, la cual ató con un lazo, para viajar hasta Aguascalientes, donde lo depositó en un contenedor de basura.
El cuerpo del menor fue localizado por los barrenderos en ese entonces en Aguascalientes.
El caso ocupó los titulares de los noticieros de televisión e incluso fue parte de dos programas televisivos, como “Casos de la Vida Real” que dirigía la finada Silvia Pinal y la “Rosa de Guadalupe”. También fue publicado en “A quien Corresponda”.
Francisco Javier “N”, alias “El Profe” desde el año 2003 se volvió fotógrafo de graduaciones y fiestas de XV Años y era muy conocido en la colonia Payo Obispo, mientras que la mujer, Liliana Lucero “N” en los últimos años dedicada a la venta de flores.
Dylan “el niño del contenedor”
Así se le conoció al caso de Dylan, asesinado cuando tenía 4 años por Francisco Javier López, quien era su padrastro.
De acuerdo al periodista Juan Sánchez, los asesinos Francisco Javier “N” y Liliana Lucero “N” como pareja tuvieron tres hijos más, en total tenían cuatro hijos, según informó la abuela de Dylan.
En el relato de la Abuela, a quien le llegó la información desde Chetumal apenas en la última semana de diciembre, vecinos de ellos decían que bañaban al pequeño Dylan con una manguera y agua fría en plena calle y por la noche ahí en Tlaquepaque. Uno de los castigos que le imponían era arrodillarse en piedras y cargar objetos por largos periodos de tiempo, era común escuchar gritos dentro del domicilio y el niño lloraba todos los días. Mostraban mucho favoritismo por los hermanastros de Dylan, a ellos sí los consentían.
Dylan de 4 años recibía también golpizas y lo dejaban fuera de su casa por horas. Por tales motivos la abuela denunció ante el DIF en 1999 para pedir la custodia, pero la pareja desapareció.
En el año 1999 fue cuando se encontró el cuerpo del menor envuelto en una sábana y dentro de un contenedor. Se inició una investigación, pero no se supo con certeza de quién se trataba.
Fue hasta el 2001 que la abuela se enteró del caso y solicitó una prueba de ADN dando como positiva, además de que reconoció por medio de las fotografías a su nieto.
Tiempo después, en las investigaciones, se supo que Liliana se embarazó de gemelos y aproximadamente por esas fechas se llevó el crimen por lo que se presumió que por el nuevo embarazo planearon deshacerse del menor para que no les estorbara.
Cabe mencionar que Francisco Javier era muy celoso y posesivo, que siempre se mostraba molesto, no dejaba salir a su mujer y a sus hijos solos, a excepción de Dylan.
Al investigar a Francisco Javier encontraron que anteriormente estuvo casado y perdió a otro niño en extrañas circunstancias cuando él lo estaba cuidando.
Después de ese último evento se les perdió el rastro a la pareja y se pensó que huyeron al extranjero. Recientemente el grupo de homicidios tradicionales, de la Fiscalía General del estado de Aguascalientes se dieron a la tarea de retomar el caso e incluso volvieron a buscar a los testigos para conocer si sabían alguna actualización.
Fue así que gracias a un joven que los identificó, lograron conocer que tanto el padrastro como la madre del niño de cuatro años se encontraban viviendo en Chetumal, Quintana Roo, por lo que solicitaron una orden de aprehensión y lograron cumplimentarla, logrando así su captura en Chetumal.
