Este tipo de cáncer, el tercero más mortal entre los padecimientos ginecológicos, afecta principalmente a mujeres mayores de 45 años, aunque hay casos de más jóvenes, como adolescentes.

Cancún (Marcrix Noticias)-Aunque poco visible en campañas públicas, el cáncer de ovario es una de las principales amenazas para la salud de las mujeres en Quintana Roo. Con una incidencia que tiende al alza y una alta tasa de mortalidad, expertos y autoridades coinciden en que se necesita una estrategia integral urgente para frenar sus efectos.

De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), durante 2024 se registraron ocho casos en el estado y, en lo que va de 2025, ya se suman dos más. Sin embargo, especialistas advierten que el número real podría ser mayor debido a los diagnósticos tardíos y a la falta de síntomas claros en las etapas iniciales.

“El principal reto es que el cáncer de ovario es silencioso: síntomas como dolor abdominal, hinchazón, estreñimiento o cambios urinarios suelen confundirse con problemas gastrointestinales o infecciones menores, y cuando se detecta, el 75% de los casos ya están en etapa avanzada”, explicó un especialista consultado.

Factores de riesgo y retos locales

Aunque suele afectar principalmente a mujeres entre 50 y 70 años, también se han identificado casos en adolescentes y jóvenes. Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon, mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, menarquia temprana, menopausia tardía, infertilidad no resuelta y el uso prolongado de terapia hormonal.

Además, factores modificables como una dieta alta en grasas y baja en fibra, y el sedentarismo, pueden aumentar el riesgo.

En Quintana Roo, la infraestructura médica especializada es insuficiente, sobre todo en comunidades rurales. Las pruebas de Papanicolaou, por ejemplo, no son efectivas para detectar este cáncer; se requieren ultrasonidos transvaginales y cuestionarios de tamizaje, aún poco implementados a nivel local.

La Secretaría de Salud estatal impulsa revisiones ginecológicas regulares, pero reconoce que se necesita más capacitación médica y programas específicos como los aplicados en otras entidades, como el Instituto Nacional de Cancerología en Ciudad de México.

La importancia de actuar a tiempo

La mortalidad por cáncer de ovario en Quintana Roo se mantiene por encima del promedio nacional: 4.1 por cada 100 mil mujeres frente a la media nacional de 3.3, según datos del INEGI (2000-2014). Esta diferencia se atribuye, principalmente, al diagnóstico tardío y a la falta de tratamientos especializados en la región.

La supervivencia a cinco años en México ronda el 45%, pero en Quintana Roo podría ser menor debido a las barreras de acceso médico. Asociaciones civiles como Salvati tienen un papel clave en la educación y acompañamiento a pacientes, aunque su presencia en el estado aún es limitada.

Síntomas clave a vigilar

Los expertos recomiendan a las mujeres prestar atención si presentan síntomas como:
✅ Hinchazón o dolor pélvico persistente
✅ Mareos o dolor de espalda sin causa aparente
✅ Cambios digestivos frecuentes (estreñimiento, problemas para comer)
✅ Cambios en el periodo menstrual
✅ Cólicos intensos, pérdida de peso inexplicable y necesidad urgente de orinar

Si estos síntomas ocurren más de 12 veces al mes, es fundamental acudir al médico y realizarse estudios especializados.

Tratamientos disponibles

El tratamiento de primera línea es quirúrgico: extirpación del tumor, y en algunos casos, de ambos ovarios. Posteriormente, se aplica quimioterapia para eliminar células cancerígenas restantes. En etapas avanzadas, las terapias biológicas —como los agentes angiogénicos— ofrecen una alternativa para frenar el avance del tumor.

Un llamado a la acción

El cáncer de ovario puede curarse si se detecta a tiempo, elevando la expectativa de vida hasta en un 95%. Por eso, especialistas insisten en que la clave está en la educación, la detección temprana y en fortalecer los servicios médicos en Quintana Roo.

“El mensaje para las mujeres es claro: escuchen su cuerpo, no minimicen síntomas persistentes y exijan estudios completos. Es un derecho que puede salvarles la vida”, concluyen los expertos.