Desde 2019, al menos 22 personas han sido asesinadas por buscar a sus seres queridos. El caso más reciente es el de Teresa González Murillo, activista en Jalisco, quien murió tras un ataque armado.

México (Marcrix Noticias)-México atraviesa una emergencia humanitaria silenciosa: buscar a los desaparecidos se ha convertido en una actividad de altísimo riesgo. Según cifras del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, al menos 22 buscadoras y buscadores han sido asesinados desde 2019, en medio de una violencia creciente y una respuesta institucional insuficiente.

El caso más reciente que sacude a la sociedad es el de Teresa González Murillo, conocida como Teresita, integrante del colectivo Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco. Fue atacada a balazos el pasado 27 de marzo en Guadalajara y murió días después a causa de las heridas. Desde septiembre de 2024 buscaba a su hermano Jaime, desaparecido en circunstancias aún no esclarecidas. Su activismo había sido incómodo para las autoridades locales.

Días antes del atentado, su hija fue agredida por jóvenes vinculados al crimen organizado. Pese al llamado de auxilio, la policía nunca acudió. No obstante, la Fiscalía de Jalisco descartó que el asesinato de Teresita estuviera relacionado con su labor de búsqueda, y lo atribuyó a un presunto intento de robo, ignorando tanto el contexto de amenazas como su trayectoria como activista.

El colectivo al que pertenecía denunció que el Ayuntamiento había ordenado retirar las cédulas de búsqueda “por imagen”. Una práctica que, lejos de proteger a la ciudadanía, vulnera aún más a quienes dedican su vida a buscar a los suyos.

El caso de Teresita no es único. Lorenza Cano fue desaparecida en Guanajuato tras un ataque que acabó con la vida de su esposo e hijo. En Veracruz, Magdaleno Pérez murió tras ser golpeado por policías mientras buscaba a su hija, y Héctor Aparicio, también buscador en ese estado, sigue sin ser localizado.

El portal A dónde van los desaparecidos ha documentado al menos 16 ataques contra personas buscadoras entre 2019 y 2022. Para la organización, estos crímenes buscan silenciar la verdad: “Revelar los espacios de desaparición y las redes de complicidades genera un riesgo brutal para quienes buscan”, advierten.

Durante una de sus intervenciones públicas, Teresita lo dijo sin rodeos: “Las narcofosas no existirían sin complicidad de autoridades. Van de la mano con la gente mala”. Hoy, esas palabras resuenan como testimonio, advertencia y clamor por justicia.

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