La expansión urbana en zonas como la carretera Cancún-Chetumal está alterando el hábitat natural de los jaguares, aumentando las interacciones con las personas.
Cancún (Marcrix Noticias)-Los jaguares, conocidos por recorrer grandes distancias en la selva en busca de alimento, están siendo cada vez más comunes en áreas cercanas a zonas habitadas. Aunque su comportamiento inicial suele ser huir del ser humano, en ocasiones los felinos se adaptan a su nuevo entorno, provocando encuentros inesperados.
En los últimos dos años, a través de redes sociales, se ha documentado al menos cuatro encuentros de jaguares en zonas cercanas a la carretera Cancún-Chetumal, particularmente en áreas cercanas a Akumal, entre Playa del Carmen y Tulum. Estos avistamientos reflejan una tendencia creciente de estos animales en zonas urbanizadas.
Según Javier Carballar Osorio, director del Instituto de Biodiversidad de Quintana Roo, estos encuentros no son algo reciente. “Desde la década de los 90”, dijo, “se han dado encuentros entre especies silvestres y humanos debido a que Quintana Roo posee una vasta zona selvática”.
A lo largo de los años, las redes sociales han facilitado la difusión de estos avistamientos, pero el fenómeno de los encuentros no es nuevo; antes, la falta de estas plataformas hacía que no fueran tan documentados.
En cuanto a la población de jaguares en el estado, se calcula que hay cerca de 4,800 jaguares en Quintana Roo, lo que representa el 40% de la población total de la especie en México. Además, se ha registrado un aumento del 20% en la población de jaguares en los últimos ocho años, lo que refleja una recuperación de la especie en la región.
Carballar Osorio desmintió el mito de que los jaguares huyan de los seres humanos, argumentando que lo que realmente sucede es que los felinos se adaptan a las nuevas circunstancias. Esto se debe, en parte, a que la expansión de áreas urbanas y el cambio en su hábitat original les permite adaptarse a convivir en zonas cercanas a las personas, lo que aumenta la posibilidad de encuentros.
Sin embargo, esta adaptación no está exenta de riesgos, como los atropellamientos, ya que algunos jaguares, al no encontrar su espacio en la selva, se acercan más a las zonas urbanas en busca de alimento, exponiéndose a mayores peligros.