Bombardeos en plena madrugada del Jueves Santo golpean zonas residenciales en Jan Yunis y el norte de Gaza dejan 23 muertos y entre ellos 10 miembros de una familia.
Franja de Gaza (Marcrix Noticias) — En la madrugada del Jueves Santo, al menos 23 personas murieron como consecuencia de múltiples ataques aéreos israelíes en distintos puntos de la Franja de Gaza, una de las jornadas más letales desde la ruptura del alto el fuego con Hamás.
Entre las víctimas se encuentra una familia completa de diez integrantes, incluidos cinco menores y cuatro mujeres, quienes fallecieron con graves quemaduras tras un bombardeo en Jan Yunis, de acuerdo con información del Hospital Nasser. En el norte de Gaza, otras 13 personas, incluidos nueve niños, perdieron la vida durante los ataques, según el Hospital Indonesio.
Los ataques se dan en medio de un bloqueo total impuesto por Israel desde hace seis semanas, que ha paralizado el acceso a alimentos, agua y suministros esenciales. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) advirtió que Gaza podría estar atravesando su peor crisis humanitaria desde octubre de 2023.
El ejército israelí no ha hecho declaraciones oficiales sobre estos últimos bombardeos, pero mantiene su postura de que evita dañar a civiles, acusando a Hamás de operar desde zonas residenciales.
Crisis humanitaria sin precedentes
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que el 80% de la población depende únicamente de la ayuda humanitaria para alimentarse, mientras que muchos programas de asistencia han cerrado por falta de suministros.
El acceso al agua potable también se ha reducido de manera alarmante. Actualmente, cada persona en Gaza recibe entre seis y siete litros diarios, muy por debajo del mínimo recomendado por la ONU, lo que ha derivado en largas filas en los camiones cisterna.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, reconoció que la restricción de la ayuda humanitaria es parte de la estrategia militar para presionar a Hamás, a quien acusa de desviar recursos. Sin embargo, organizaciones internacionales denuncian que esta política pone en riesgo a toda la población civil.
Hamás, por su parte, mantiene como rehenes a 59 personas, de las cuales se cree que solo 24 continúan con vida, y ha condicionado cualquier liberación a una retirada total de las tropas israelíes y una tregua duradera.