Acorde a el programa Cuarto Poder, las denuncias son de hace más de 10 años y fueron archivadas por Prevost en 2022.

Perú (Marcrix Noticias)-El cardenal Robert Prevost, actual  Papa y uno de los principales consejeros del Papa Francisco, ha sido acusado por tres mujeres de encubrir abusos sexuales cometidos por sacerdotes cuando se desempeñaba como obispo de Chiclayo, en el norte de Perú.

El programa periodístico Cuarto Poder reveló que las denuncias, presentadas hace más de diez años, fueron archivadas en 2022 por Prevost, pese a que uno de los sacerdotes señalados habría admitido los hechos.

Ana María Quispe, una de las víctimas, relató que fue agredida sexualmente por el sacerdote Ricardo Yesquén cuando tenía solo 9 años. Otra denunciante, ex catequista que pidió mantener su anonimato, describió un patrón similar de abuso por parte del sacerdote Eleuterio Vásquez Gonzales. Ambas coincidieron en que, pese a entregar sus testimonios a Prevost, la respuesta de la diócesis fue insuficiente: los curas fueron únicamente trasladados a otras parroquias.

Además, las sobrevivientes han denunciado que no cuentan con el respaldo de un abogado canónico, figura esencial para llevar el caso ante el Vaticano. Incluso, la representación legal que habían logrado fue retirada sin explicación, dejándolas sin recursos para avanzar en el proceso eclesiástico.

Por su parte, la diócesis de Chiclayo informó que la investigación fue enviada a la Santa Sede y que el caso quedó archivado en el fuero civil por prescripción y falta de pruebas, aunque los delitos no prescriben en la jurisdicción canónica.

Este caso ha despertado comparaciones con el escándalo del Sodalicio de Vida Cristiana, que en 2015 sacudió a la Iglesia peruana tras la publicación de una investigación periodística de Pedro Salinas y Paola Ugaz. En 2018, la Santa Sede intervino esa organización y solicitó prisión preventiva para su fundador, Luis Fernando Figari.

Las nuevas acusaciones contra Prevost vuelven a poner en evidencia las limitaciones del sistema eclesiástico para garantizar justicia a las víctimas y sancionar efectivamente a los agresores, incluso cuando hay pruebas, testimonios y confesiones directas.