Al cumplirse una semana de la suspensión del servicio de recolección de basura en la capital de Oaxaca,por el cierre del relleno sanitario que sirvió por 40 años, el hedor impregna las calles, las moscas brotan y los perros callejeros riñen por los desperdicios que algunos habitantes dejan en cualquier avenida, barrio y rincón de esta ciudad turística, inscrita en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Este lunes, la comunidad estudiantil de la Escuela Primaria, Patria y Libertad, ubicada en la calle Nuño del Mercado, en inmediaciones del mercado de abasto, llegó al plantel con dificultades por la basura, que capitalinos inconscientes arrojaron durante la madrugada alrededor del plantel.
“Es increíble. Los responsables de este nuevo tiradero clandestino son los comerciantes de la zona, quienes traen aquí a sus hijos e hijas; son los responsables de este foco de infección. Nos salvamos de la pandemia por covid-19, pero nos vamos a enfermar por esta crisis de la basura”, expresó una profesora de grupo.
De su lado, una madre de familia amagó con convocar al resto de tutores a levantar la basura, e ir a depositarla a las puertas del Palacio Municipal de Oaxaca, donde despacha el alcalde, Francisco Martínez Nery.
Mientras la autoridad municipal llama a la ciudadanía a no abandonar sus desechos en la vía pública, advierte multas administrativas de hasta 9 mil pesos y 36 horas de arresto a la persona que se sorprenda tirando basura en la calle, así como platicas emergentes de concientización.
También estableció rutas para recibir la basura orgánica, que luego de una semana de implementarlo, no termina de cuajar.
Desde hace una década advertimos del colapso en el relleno sanitario, ubicado la zona sur de la capital, del término su vida útil, sin embargo, las autoridades de 30 municipios, entre ellas la ciudad de Oaxaca, hicieron caso omiso, hoy, “tocamos fondo”, expresó Gerardo Aldeco Pinelo, presidente del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO).
Sin embargo, el tema de la basura es mal de muchos, pues se estima la existencia de unos 8 mil tiraderos clandestinos en el territorio, dijo el activista.
FUENTE EXCELSIOR