Con la nueva política de vacunación a niños Florida abre un nuevo capítulo en la autonomía médica y el rol del gobierno de Trump.

Estados Unidos (Marcrix Noticias).- “Con nuestros hijos no se metan” es la frase que resume el giro que el gobierno de Florida ha dado en materia de salud pública, al colocarse en el centro de un debate nacional sobre vacunación, derechos individuales y límites del poder estatal en las decisiones médicas que afectan a las familias, pese a la política de gobierno de Donald Trump.

El estado de Florida bajo la administración del gobernador Ron DeSantis, ha impulsado una agenda orientada a desmontar los mandatos de vacunación establecidos a nivel estatal, una política que comenzó durante la pandemia y que ahora se proyecta como una redefinición permanente del marco sanitario.

El Cirujano General de Florida, Joseph Ladapo, ha encabezado este cambio de rumbo al sostener que el gobierno no posee autoridad ética ni legal para imponer tratamientos médicos obligatorios. Desde esta perspectiva, la administración ha manifestado su intención de revisar requisitos de vacunación asociados al empleo, la educación y otros ámbitos de la vida pública que no contempla la política del presidente Donald Trump.

Entre las medidas anunciadas destaca la creación de la comisión “Make America Healthy Again”, concebida para estructurar políticas centradas en la llamada “libertad médica”.

Según las autoridades estatales, el objetivo es devolver a padres e individuos la decisión final sobre intervenciones médicas, sin condicionamientos para acceder a la escuela o al trabajo.

De avanzar plenamente esta política, Florida se convertiría en un caso singular dentro de Estados Unidos, al reducir de manera significativa la intervención gubernamental en la vacunación obligatoria.

Para muchas familias, esto implica que la protección sanitaria de los menores recaerá exclusivamente en la decisión parental.

La iniciativa ha sido celebrada por grupos que defienden la autonomía corporal y los derechos de los padres.

Sin embargo, expertos en salud pública advierten que una disminución en los esquemas de inmunización podría tener consecuencias a largo plazo sobre la inmunidad colectiva y el control de enfermedades prevenibles.

Mientras el debate continúa, Florida ya ha sentado un precedente que podría influir en otros estados d ella Unión Americana.

La discusión de fondo sigue abierta y divide a la opinión pública: determinar hasta dónde llega la autoridad del Estado en materia de salud y dónde comienza la decisión individual de las familias.

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