El Gobierno de los Estados Unidos, a través del FBI hizo entrega a México por medio de la Fiscalía General de la República, de una escultura de San Antonio de Padua, sustraída ilegalmente en 2002 del templo de Santiago Apóstol en Jiutepec, Morelos.
Durante el evento en el Museo Nacional de Antropología, el embajador norteamericano Ken Salazar destacó la entrega que, aunque dilató, dijo, es muestra del trabajo conjunto en los diversos ámbitos que tiene la relación bilateral.
“Como esta imagen de más de 300 años habla del pasado y se habla del futuro. No se puede componer todo en un día, en una semana, en un año, en una administración, en un sexenio, pero miren alguien se robó a San Antonio de Padua, pero hay muchas personas aquí tenían la fe y la esperanza (de que se recuperaría) y el trabajo es grande por delante”

Luego del robo hace 20 años se emitió una alerta del Instituto Nacional de Antropología e Historiapara iniciar una investigación a nivel nacional e internacional, que desafortunadamente se detuvo por varios años hasta que se descubrió que la pieza formaba parte de una colección privada en Estados Unidos, que posteriormente, la persona particular que la poseía la dejó como herencia al Museo de San Ángelo en Texas y en 2019 se identificó que era una pieza originaria de México por lo que debía devolverse.
En tanto, el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, recordó que cuando el robo ocurrió la comunidad de Jiutepec de inmediato pidió a las autoridades federales su intervención para la localización y devolución de la pieza hasta que se concretó el lunes pasado a través del FBI.
“Esas gestiones las empezamos a manejar primero con todos los elementos que necesitaban las autoridades norteamericanas para demostrar que esta pieza formaba parte del patrimonio y más importante de una población.
“Con todos estos elementos ellos nos hicieron caso-eso se los digo es sorpresivo, no ocurre con mucha frecuencia- y no solamente nos hicieron caso, sino que hicieron un trabajo ejemplar, empezaron a obtener la información sobre cómo fue que llegó a ese lugar; la justicia desgraciadamente tarda en llegar, pero a veces llega y en esta ocasión llegó”.
Agregó que “los mexicanos estamos volviendo a tener el orgullo de defender nuestros orígenes”.
Ángel Catalán, agregado jurídico del FBI informó que para lograr la repatriación de la figura religiosa se coordinó el trabajo con la oficina de crímenes de arte en Washington, la oficina del FBI en Dallas, con el Departamento de Justicia y el Museo de San Ángelo Texas.
“La pieza fue incluida en la base de datos de arte robado que mantiene la Interpol y luego la oficina del FBI en Dallas inició el contacto con el museo y se presentó la información y la evidencia de que esta había sido robada en México hace 20 años. Poder traer esta pieza a México fue un orgullo”
La pieza que data del siglo XVII mide aproximadamente un metro con 50 centímetros de altura y tiene un recubrimiento de oro de 24 kilates.