Las intensas lluvias provocadas por los huracanes Priscilla y Raymond dejaron incomunicadas a familias enteras en Ahuacatitla y Xochimilco, donde los caminos colapsaron
Ciudad de México. (Marcrix Noticias).- En medio del lodo, los derrumbes y el silencio de las autoridades, los habitantes de Ahuacatitla y Xochimilco, en el municipio de Pahuatlán, Puebla, enfrentan una de las peores crisis humanitarias de los últimos años. Las lluvias torrenciales de los recientes huracanes destruyeron los accesos, arrasaron con viviendas y dejaron sin alimentos, agua potable ni energía eléctrica a decenas de familias.
En Ahuacatitla, donde viven cerca de 200 personas distribuidas en 78 hogares, los tres caminos que conectaban con otras localidades quedaron completamente sepultados. En Xochimilco, la crecida del arroyo Aguas Negras anegó varias casas y provocó pérdidas materiales que las familias, de bajos recursos, no pueden afrontar por sí solas.
Los pobladores aseguran que llevan cinco días incomunicados, sin señal telefónica ni medios para pedir auxilio. Algunos intentan abrir paso con palas y troncos, mientras otros caminan kilómetros entre el fango para buscar alimentos o contactar a familiares.
“No tenemos cómo salir ni cómo pedir ayuda. Los niños ya no tienen qué comer y el agua que queda está contaminada”, relató una vecina de Xochimilco.
Pese a que la Presidencia de la República anunció puentes aéreos para llevar ayuda a comunidades afectadas por los recientes fenómenos meteorológicos, en esta zona de la Sierra Norte el apoyo no se ha materializado. Tampoco se ha confirmado la presencia de autoridades estatales o personal militar.
Organizaciones locales y habitantes de municipios vecinos han comenzado a organizar brigadas de auxilio para recolectar víveres, ropa y medicamentos, con la esperanza de poder hacerlos llegar una vez que las condiciones del terreno lo permitan.
Mientras tanto, el temor crece entre las familias aisladas, que claman por atención inmediata de los tres niveles de gobierno para evitar una tragedia mayor.
“Solo pedimos que no nos olviden. Aquí también somos Puebla, también somos México”, expresó un habitante que logró comunicarse brevemente convoluntarios en la zona.