Liderará a la Iglesia Anglicana con más de 85 millones de fieles en 165 países.

Inglaterra (Marcrix Noticias)-La Iglesia de Inglaterra escribió este viernes un capítulo inédito en su historia al designar a Sarah Mullally, obispa de Londres, como nueva arzobispa de Canterbury, la primera mujer en ocupar el máximo cargo espiritual de la institución tras más de un centenar de hombres en la línea sucesoria.

Mullally, de 63 años y con una trayectoria previa como jefa de enfermería de Inglaterra, asume el puesto en un momento delicado para la Iglesia anglicana, marcada por divisiones internas en torno al papel de las mujeres, los derechos de las personas LGBTQ y los persistentes escándalos de abuso sexual.

“El mayor desafío es restaurar la confianza después de una década de escándalos de abuso”,

advirtió Andrew Graystone, defensor de las víctimas, en declaraciones a la Asociación de Prensa Británica.

El primer ministro británico, Keir Starmer, celebró el nombramiento y destacó la relevancia social de la Iglesia de Inglaterra:

“Sus iglesias, catedrales, escuelas y organizaciones benéficas son parte del tejido de nuestras comunidades. La arzobispa de Canterbury desempeñará un papel clave en nuestra vida nacional”.

Mullally sustituye a Justin Welby, quien anunció su salida en noviembre tras revelarse que no notificó a la policía sobre casos de abuso cometidos por un voluntario en campamentos cristianos, pese a conocerlos. Ese hallazgo golpeó con fuerza la credibilidad de la institución y precipitó un relevo que ahora simboliza tanto una renovación como un intento de reconciliación con la sociedad.

El puesto de arzobispo de Canterbury trasciende a Inglaterra: se trata del líder espiritual de la Comunión Anglicana, que reúne a más de 85 millones de fieles en 165 países, incluida la Iglesia Episcopal en Estados Unidos. Aunque cada iglesia nacional mantiene autonomía, el arzobispo británico es considerado primus inter pares, es decir, el primero entre iguales.

El proceso de selección, que se prolongó por 11 meses, fue presidido por un comité encabezado por el exdirector del MI5. Según el académico George Gross, del King’s College de Londres, el procedimiento fue “menos transparente que un cónclave papal”: la lista de candidatos nunca se hizo pública y las consultas se llevaron a cabo a puerta cerrada, buscando consensos discretos para un puesto que, aunque religioso, tiene también una enorme carga política y social.

La llegada de Mullally no solo representa un hito para las mujeres en el clero anglicano, cuya ordenación fue aprobada recién en 1994 y el episcopado en 2015, sino también un gesto de modernización en una institución que lucha contra la caída de feligreses, tensiones doctrinales y demandas de mayor apertura.

El desafío, coinciden observadores, será convertir el simbolismo histórico de su nombramiento en un verdadero impulso de credibilidad para la Iglesia en el Reino Unido y el mundo.

(Con información de The Associated Press)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

No puedes copiar el contenido de esta página