El Gobierno de Trump enviará tres destructores al Caribe como parte del despliegue militar.
Washington/Caracas. Estados Unidos anunció el envío de tres destructores militares con cerca de 4,000 soldados a bordo hacia aguas cercanas a Venezuela, en el marco de un operativo contra los carteles de la droga en América Latina. La medida ha tensado aún más las relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, quien respondió con la movilización de cuatro millones de milicianos dentro del territorio venezolano.
Estrategia militar contra el narcotráfico
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que el país está dispuesto a usar “todos los elementos de su poder” para frenar el ingreso de drogas y llevar a los responsables ante la justicia.
Los buques desplegados —el USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— permanecerán en la zona durante varios meses. Según fuentes del Pentágono citadas por medios estadounidenses, el operativo incluye aviones de espionaje P-8, acorazados y submarinos de ataque.
El presidente Donald Trump sostiene que los carteles latinoamericanos son responsables del flujo de fentanilo y otras drogas que afectan a comunidades estadounidenses. A inicios de agosto firmó en secreto una directiva que autoriza el uso de la fuerza militar contra estas organizaciones, declaradas como terroristas por su administración.
Carteles bajo la lupa
En febrero, Washington designó como organizaciones terroristas extranjeras al Tren de Aragua (Venezuela), la MS-13 (El Salvador) y seis grupos del crimen organizado en México. El Departamento de Estado también elevó a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro, acusado de liderar el Cartel de los Soles.
“La Administración no reconoce al régimen de Maduro como gobierno legítimo de Venezuela. Es un cartel del narcotráfico, y Maduro no es un presidente, sino el líder fugitivo de ese cartel”, dijo Leavitt en su conferencia de prensa semanal.
Respuesta de Caracas
Frente al anuncio, Nicolás Maduro ordenó la movilización de cuatro millones de integrantes de la Milicia Nacional Bolivariana y la activación de todos los mecanismos necesarios para “garantizar la soberanía nacional”.
El despliegue estadounidense y la reacción venezolana escalan la tensión en el Caribe, en un contexto de acusaciones cruzadas de narcotráfico y medidas de fuerza que colocan a la región en el centro de un pulso geopolítico de alto riesgo.