Obed Yair, un joven paramédico de 25 años, fue secuestrado y asesinado en su día de descanso en el puerto de Altata, Navolato.

Altata, Sinaloa. (Marcrix Noticias)— El socorrista voluntario Obed Yair, de 25 años, fue asesinado tras haber sido secuestrado y agredidodurante su día de descanso en el puerto de Altata, en el municipio de Navolato, Sinaloa. La tragedia ha conmocionado a la comunidad de rescatistas y ha encendido las alarmas sobre la falta de protección para quienes dedican su vida a ayudar a los demás.

Obed Yair prestaba servicio de manera voluntaria en la Cruz Roja Mexicana, una labor que realizaba por convicción y vocación. Según relatos de amigos y colegas, el joven se encontraba en su jornada libre cuando fue interceptado por hombres armados. La noticia de su desaparición se difundió rápidamente en redes sociales, generando una ola de solidaridad y angustia.

Gracias a labores de búsqueda, elementos de la Marina lograron localizar a Obed Yair aún con vida. Sin embargo, las graves lesiones que presentaba ocasionaron que falleciera pocos minutos después de ser ingresado a un hospital.

Su fallecimiento ha generado indignación nacional. No solo por la brutalidad del ataque, sino por lo que representa: la desprotección total de voluntarios y paramédicos que operan en zonas donde la violencia es cotidiana.

Ante el crimen, la Cruz Roja Mexicana suspendió temporalmente sus servicios en Altata, como medida para proteger a su personal. La institución también expresó su apoyo a la familia del socorrista y exigió a las autoridades mayores garantías de seguridad.

Organizaciones humanitarias han señalado que este no es un caso aislado: paramédicos, brigadistas y voluntarios trabajan en constante riesgo, enfrentando amenazas, extorsiones e incluso ataques armados mientras realizan sus labores.

La sociedad civil, familiares y colegas de Obed han exigido una respuesta contundente del gobierno estatal y federal.

“No se puede seguir permitiendo que quienes ayudan a otros estén a merced del crimen”, expresó una compañera del joven voluntario durante su funeral.

En tanto, la Cruz Roja reiteró su llamado a establecer protocolos de seguridad coordinados con autoridades locales, y recordó que su labor humanitaria debe ser respetada en cualquier circunstancia.

Obed Yair es recordado por su compromiso, su entrega y su empatía. Su historia, marcada por la vocación de servicio y truncada por la violencia, se ha convertido en un símbolo del abandono institucional que enfrentan los trabajadores de emergencia en México.

Mientras su comunidad lo despide con tristeza, la exigencia es clara: ni uno más. La protección de los rescatistas no puede seguir siendo opcional.

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