El pontífice eligió como su lugar de descanso la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, reafirmando su devoción mariana y su estilo de vida sencillo.

 

Vaticano (Marcrix Noticias)-El Papa Francisco marcó historia hasta su último momento. Tras su fallecimiento el pasado 21 de abril a los 88 años, su decisión de no ser sepultado en las tradicionales grutas vaticanas bajo San Pedro rompió con más de un siglo de costumbre. En su testamento, el pontífice manifestó su deseo de reposar en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, un gesto cargado de simbolismo y fe.

La elección de Francisco estuvo profundamente marcada por su devoción mariana. A lo largo de su pontificado, visitó esta basílica más de 115 veces, acudiendo siempre a rezar ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani antes y después de cada viaje apostólico. Incluso tras recibir el alta médica en marzo pasado, no dudó en dirigirse allí para agradecer su recuperación.

El sepulcro de Francisco refleja su vida de humildad y cercanía al pueblo. Eligió un pequeño espacio detrás de la escultura de la Reina de la Paz, un antiguo almacén de candelabros, donde fue enterrado en la tierra, sin ornamentos ni lujos. La única inscripción sobre su tumba es su nombre: “Franciscus”.

Con su descanso en Santa María la Mayor, Francisco se une a un reducido grupo de papas sepultados fuera del Vaticano, como San Pío V, Clemente IX y Sixto V. Este histórico santuario, fundado en el siglo IV y hogar también de figuras como Gian Lorenzo Bernini y Paulina Bonaparte, suma ahora un nuevo capítulo: el recuerdo del Papa que llegó “del fin del mundo” para cambiar la historia de la Iglesia.

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