La “Operación Roughrider”, impulsada por el gobierno de Trump, ha causado cientos de muertes en Yemen, mientras aumentan las denuncias por posibles víctimas civiles y restricciones informativas.

Estados Unidos (Marcrix Noticias)-En el transcurso de un mes, Estados Unidos ha lanzado más de 800 bombardeos en Yemen como parte de la “Operación Roughrider”, dirigida contra posiciones del grupo hutí, reportó el Comando Central estadounidense.

La campaña aérea, iniciada el pasado 15 de marzo bajo la administración del presidente Donald Trump, busca frenar los ataques hutíes contra embarcaciones en el Mar Rojo y su apoyo militar hacia Israel. A la par, Washington intenta negociar con Irán sobre su programa nuclear, contexto en el que se enmarca esta operación militar.

De acuerdo con el Comando Central, los ataques han causado la muerte de cientos de combatientes hutíes, incluidos varios líderes asociados a programas de misiles y drones. Sin embargo, la dependencia evitó proporcionar detalles o nombres específicos, citando razones de seguridad.

Entre los episodios más graves figura el bombardeo al puerto de Ras Isa el pasado 18 de abril, que dejó al menos 74 muertos y 171 heridos. El ejército estadounidense justificó esta acción alegando que el puerto generaba ingresos significativos para los hutíes y sostenía su capacidad militar.

El pasado lunes, medios hutíes informaron que un bombardeo estadounidense en el distrito de Bani Al Harith, al norte de Saná, provocó la muerte de ocho personas, mientras que otras ofensivas golpearon las provincias de Amran y Saada. Aunque circularon imágenes de destrucción y funerales, el Ministerio de Salud local no confirmó de inmediato las cifras.

La falta de acceso a las zonas afectadas y la censura informativa impiden verificar de manera independiente el alcance de los daños. A su vez, organizaciones de derechos humanos han advertido sobre la posibilidad de víctimas civiles, aunque Washington sostiene que sus operaciones se limitan a objetivos militares.

En respuesta a la ofensiva y para restringir el flujo de información, los hutíes prohibieron el uso de dispositivos Starlinken las zonas bajo su control, amenazando con arrestos a quienes posean o comercien estos terminales.

Mientras tanto, el Comando Central subrayó que mantendrá sus operaciones de forma deliberada y no divulgará detalles sobre bombardeos pasados o futuros, prolongando así la incertidumbre sobre el impacto real de la “Operación Roughrider” en Yemen.

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