La nueva norma de tres minutos ha generado un intenso debate en redes sociales sobre la gestión de las emociones en espacios públicos.
Nueva Zelanda (Marcrix, Noticias).- El aeropuerto internacional de Dunedin, en Nueva Zelanda,implementó una inusual regla que establece un límite de tres minutos para los abrazos de despedida en su zona de entrega. La medida ha desatado un debate viral sobre la gestión de las emociones en el entorno aeroportuario.
Daniel De Bono, director ejecutivo del aeropuerto, explicó que la decisión busca mejorar el flujo de pasajeros en el área de despedidas.
“Para que las cosas fluyan sin problemas, instalamos rótulos nuevos, incluyendo el de ‘Tiempo máximo de abrazos: 3 minutos’”, comentó.

De Bono argumentó que un abrazo de 20 segundos es suficiente para liberar oxitocina y serotonina, las hormonas de la felicidad, lo que hace que el tiempo permitido sea más que adecuado.
Los primeros 15 minutos de uso del estacionamiento son gratuitos, lo que permite a quienes deseen abrazos más largos optar por esta alternativa.
La nueva regla se implementó en el mes de septiembre sin mucha reacción inicial, pero ha generado un gran interés mundial en las últimas semanas.
“Nos ha sorprendido el interés mundial que ha tenido”, dijo Sarah Soper, ejecutiva de marketing y comunicación del aeropuerto.
La normativa provocó reacciones mixtas en redes sociales. Mientras algunos usuarios la ven como una medida práctica, otros critican que limita la conexión emocional en un momento tan significativo. Comentarios como “¿Policía de abrazos? ¡Esto es raro!” reflejan la confusión y el descontento de ciertos usuarios.
El aeropuerto de Dunedin, conocido por ser un “semillero de emociones”, busca equilibrar la necesidad de despedidas rápidas con el reconocimiento de los momentos emocionales que se viven en estas situaciones.
De Bono enfatizó que la medida es una forma no convencional de recordar a las personas que la zona de entrega está destinada para despedidas rápidas.
Con esta política, el aeropuerto se suma a la tendencia de gestionar la congestión en aeropuertos, mientras se buscan formas de mantener la calidez humana en las despedidas.