La DEA y el Ejército mexicano monitorean sus movimientos mientras enfrenta conflictos con “Los Chapitos”.
México (Marcrix Noticias)-Luego del arresto del capo Ismael “El Mayo” Zambada, su hijo Ismael Zambada Sicairos, conocido como “El Mayito Flaco”, quedó al frente de esa facción dentro del Cártel de Sinaloa. Fuentes de seguridad mexicana señalan que, aunque no hay gran registro de “El Mayito Flaco” debido a que no ha sido detenido, ha adquirido fuerza dentro de la dinastía criminal de su familia.
Según documentos filtrados por Guacamaya Leaks, el Ejército mexicano ha advertido que, a raíz del pleito con los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, “El Mayito Flaco” ha sido más cauteloso en sus movimientos y en el cuidado de sus comunicaciones telefónicas. Hoy, el principal líder de “Los Chapitos” es Iván Archivaldo Guzmán Salazar, quien busca dominar territorios con ataques y violencia.
Reportes militares revelan que los movimientos y los equipos de “El Mayito Flaco” son desconectados y sustituidos de manera sistemática, ya que Zambada Sicairos controla el envío de drogas y el lavado de dinero en California, según diversas indagatorias.
Desde 2015, Ismael “El Mayo” Zambada había informado a sus principales socios que, el día que dejara de operar, sería reemplazado por sus hijos. La DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, conocía estos planes, por lo que en los últimos años tres de sus cuatro hijos fueron detenidos.
De acuerdo con el expediente 14-CR-658-DMS de la Corte Federal del Distrito Sur de California, con sede en San Diego, “El Mayo” Zambada pidió a sus colaboradores cercanos que enseñaran a sus hijos la operación del tráfico de drogas, pensando en una sucesión. Margarito Flores, principal operador de “El Mayo” en Chicago junto con su hermano gemelo Pedro, declaró que el interés principal del capo era preparar a Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”, y a Ismael Zambada Sicairos, “El Mayito Flaco”.
En Sinaloa, Sonora, Baja California y Durango están desplegados alrededor de 5 mil efectivos exclusivamente para atender una eventual guerra entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa, que mantienen una disputa desde el año 2020.