Catorce años después del desastre nuclear en la planta de Fukushima Daiichi, en Japón, la radiación ha disminuido significativamente en varias áreas.
Japón (Marcrix Noticias)-Catorce años después del desastre nuclear en la planta de Fukushima Daiichi, en Japón, la radiación ha disminuido significativamente en varias áreas, permitiendo a los trabajadores moverse con equipo de protección ligero. Sin embargo, en los edificios de los reactores dañados, la seguridad sigue siendo extrema debido a los altos niveles de radiación.
El proceso de desmantelamiento avanza lentamente y podría extenderse por más de un siglo. En noviembre, un robot logró extraer un pequeño fragmento de combustible fundido del reactor 2, marcando el inicio de una labor titánica: la remoción de al menos 880 toneladas de combustible mezclado con escombros dentro de los reactores dañados.
Los desafíos son enormes. La descontaminación ha permitido reducir la radiación en algunas zonas, pero dentro del reactor 2 los niveles siguen siendo peligrosamente altos, limitando los turnos de trabajo a entre 15 y 30 minutos. Además, problemas técnicos han retrasado el proceso, como fallos en los equipos robóticos y dificultades en la visibilidad y movilidad de los trabajadores debido a la indumentaria de seguridad.
A pesar de que las dosis de radiación recibidas por los empleados están dentro de los límites de seguridad, la preocupación ha ido en aumento. Encuestas revelan un incremento en el temor por la exposición, y en 2023 se reportaron incidentes como quemaduras por contacto con lodo contaminado.
Expertos advierten que el desmantelamiento de Fukushima enfrenta múltiples obstáculos y que la remoción de escombros, programada para la década de 2030, podría extenderse más allá del objetivo inicial de 2051, debido a los retrasos acumulados y la falta de soluciones definitivas a problemas técnicos y de seguridad.