En el Parque Nacional Hwange, un sistema de rastreo satelital y una red de voluntarios está transformando la convivencia entre humanos y fauna salvaje.
Estados Unidos (Marcrix Noticias)-En el corazón del Parque Nacional Hwange, al oeste de Zimbabue, una nueva forma de coexistencia con la fauna salvaje está tomando forma. Gracias a la tecnología GPS y a la acción comunitaria, aldeanos y autoridades están reduciendo peligrosos encuentros con elefantes, cuya presencia en áreas habitadas ha crecido debido al cambio climático y la escasez de recursos.
Capon Sibanda, de 29 años, se ha convertido en uno de los guardianes comunitarios más activos. Cuando un collar satelital detecta una manada cerca de una aldea, Sibanda lanza alertas por WhatsApp o, en zonas sin señal, se sube a su bicicleta para avisar puerta por puerta.
Este sistema fue lanzado en 2024 por la Autoridad de Parques y Vida Silvestre de Zimbabue, en colaboración con el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW). El objetivo: reducir los choques entre personas y elefantes, que han causado pérdidas humanas y materiales.
“Cuando comenzamos era más un reto, pero se está volviendo fenomenal”, afirma Sibanda.
Durante décadas, los aldeanos utilizaron métodos rudimentarios para alejar a los elefantes, como quemar estiércol o golpear ollas. Pero las prolongadas sequías y la destrucción de hábitats naturales han empujado a estos animales hacia campos cultivados y zonas residenciales.
Zimbabue alberga cerca de 100,000 elefantes, cuando su ecosistema puede sostener menos de la mitad. Sin embargo, no se han realizado sacrificios masivos desde hace 40 años, debido a la presión internacional y al costo logístico.
Solo en los primeros cuatro meses de 2025, 18 personas murieron en incidentes con fauna salvaje, según datos oficiales. En respuesta, 158 animales considerados peligrosos fueron sacrificados.
La plataforma EarthRanger, introducida por IFAW, permite rastrear en tiempo real a los elefantes que cruzan las llamadas zonas de amortiguamiento. Estas zonas —invisibles en el terreno, pero claras en los mapas digitales— separan el parque de las áreas rurales.
Desde una computadora portátil, Arnold Tshipa, gerente de operaciones de campo de IFAW, observa en tiempo real a las manadas moverse en el mapa. El sistema también registra ataques a cultivos, ganado o personas, así como represalias humanas.
“Esto nos permite asignar más recursos a áreas particulares”, explica Tshipa.
Los collares GPS se colocan en hembras líderes, lo que permite seguir a grupos enteros. Actualmente hay 16 elefantes equipados, pero el parque alberga unos 45,000 individuos, muy por encima de su capacidad.
