Las víctimas, todas de nacionalidad camboyana, se habían refugiado cerca del templo principal de Angkor Wat cuando fueron alcanzados por el rayo.
Camboya (Marcrix Noticias)-Lo que comenzó como una visita turística al emblemático complejo de Angkor Wat, en Camboya, se tornó en tragedia la tarde del 16 de mayo, cuando un rayo impactó el lugar, provocando la muerte de tres personas y dejando a varios más heridos.
Las víctimas, todas de nacionalidad camboyana, se encontraban cerca del templo principal, uno de los sitios arqueológicos más visitados del sudeste asiático y reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Según testigos, los afectados se habían refugiado de una tormenta cuando ocurrió el impacto eléctrico.
Videos compartidos en redes sociales mostraron el caos posterior, con ambulancias llegando al sitio y visitantes intentando ayudar a los heridos. Imágenes posteriores confirmaron que varios fueron trasladados a un hospital local, aunque no se han difundido cifras oficiales de lesionados.
Un funcionario que pidió el anonimato confirmó a la agencia Associated Press que tres personas fallecieron. Por su parte, la Cruz Roja de Camboya informó haber entregado ayuda humanitaria a las familias de dos víctimas: un hombre de 34 años y una mujer de 52.
Reacción del gobierno y control de la narrativa
Un día después del trágico evento, el ministro de Turismo, Hout Hak, instó públicamente a los usuarios de redes sociales a eliminar los videos e imágenes del incidente, al considerar que la difusión de “información negativa” podría perjudicar la imagen internacional del país y afectar el turismo, una de sus principales fuentes de ingreso.
La solicitud ha sido vista con polémica por organizaciones y usuarios, quienes cuestionan la transparencia del gobierno ante hechos de impacto público.
Angkor Wat: símbolo nacional y centro de tensión social
Con más de 2.5 millones de visitantes anuales, Angkor Wat no solo es un ícono del patrimonio cultural jemer, sino también un símbolo nacional que aparece en la bandera de Camboya. El complejo, que abarca más de 400 km² y cuyos orígenes se remontan al Imperio Jemer (siglos IX al XV), ha sido eje de importantes inversiones turísticas.
Una de las más recientes es la construcción del nuevo aeropuerto internacional de Siem Reap, valorado en 1.100 millones de dólares y financiado por China, con el fin de fortalecer la llegada de turistas.
Sin embargo, este desarrollo ha tenido un costo social considerable. La reubicación de unas 10,000 familias que habitaban la zona de manera informal ha generado fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos. Aunque el gobierno sostiene que las reubicaciones fueron “voluntarias”, Amnistía Internacional y otras entidades han expresado serias dudas sobre la legitimidad del proceso, lo que ha llevado incluso a la UNESCO a manifestar su preocupación.
