Después de las celebraciones de Nochebuena, las playas públicas de Cancún se convirtieron en el epicentro del turismo local y nacional.
Cancún (Marcrix Noticias) .- Tras el paso de la nochebuena y pese al pronóstico de lluvia débil con cielo parcialmente nuboso en este día, desde muy temprano, cientos de turistas y locales abarrotaron las playas públicas de la ciudad.
En un recorrido por las principales playas del destino, donde se observó la presencia de elementos de Bomberos y de la Guardia Nacional, como parte del operativo de seguridad Guadalupe-Reyes, muchos visitantes esperaron los primeros rayos del sol para acudir a estos lugares y disfrutar del clima.
Playas principales como la del Niño, Langosta y Delfines, no paraban de recibir a familias completas o a turistas y locales solos que llegaban por medio del transporte público o en vehículos particulares.
Equipados con sillas, sombrillas, hieleras llenas de refrescos y chelas, sin dejar a un lado la música y las botabas, familias completas aprovechaban cualquier espacio que se encontraba vacío para instalarse y disfrutar de la cristalina agua de mar.
Acompañados de hijos, nietos y nueras, don Ignacio Gómez Orduña, originario del Estado de México, señaló que desde las siete de la mañana salieron de la casa de su hermana que vive en Cancún para alcanzar lugar y estacionamiento en Playa Delfines.
“Llegamos a muy buena hora, casi no había gente, ahorita ya no hay donde estacionarse. Anoche decidimos dormirnos temprano y aprovechar este día antes de regresarnos al Estado de México. Solo vinimos a pasar la Navidad con mi hermana Josefa, ya el viernes nos vamos”, comentó mientras se preparaban para regresarse a la casa de su familiar.
A diferencia del centro de la ciudad que se encontraba prácticamente vacío por el cierre de comercios, tras las celebraciones de Navidad, la zona hotelera registraba mayor movimiento por turistas que caminaban sobre la avenida Kukulcán, visitaban centros comerciales, restaurantes y playas de Cancún.
[25/12/24, 4:22:57 p.m.] Periodista Darset Rivero: Gracias